En la lección de hoy nos acercaremos de forma somera a la vida y obra de Maria Montessori, una pequeña introducción para hacernos una idea del marco teórico de su método educativo para poder entenderlo y aplicarlo en casa.

Si se aboliera no solamente el nombre, sino también el concepto común de «método» para sustituirlo por otra designación; si hablásemos de «una ayuda hasta que la personalidad humana pueda conquistar su independencia, de un medio para liberarla de la opresión de los prejuicios antiguos sobre la educación», entonces todo estaría claro. Es, pues, la personalidad humana lo que hay que considerar, y no un método de educación; es la defensa del niño, el reconocimiento científico de su naturaleza, la proclamación social de sus derechos lo que debe suplantar a los modos fragmentarios de concebir la educación. 

María Montessori- La formación del hombre

María Montessori nació en 1870 en Italia, en el seno de una familia burguesa y acomodada. Estudió Medicina y fue una de las primera mujeres médico en su país. Su primer empleo consistió en trabajar con niños con necesidades especiales, con los que intuyó que parte de sus problemas eran más pedagógicos que médicos, por lo que, influida por las investigaciones de Itard y Seguin, les facilitó un ambiente preparado y una serie de materiales específicos.

Fuente: https://montessori.org.au/montessori/biography.htm

Fuente: https://montessori.org.au/montessori/biography.htm

Estaba presente y enseñaba personalmente a los niños desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde. Estos dos años de práctica son mi mejor y más ganado título de pedagogía.
María Montessori

Años más tarde, abrió la Casa dei Bambini, un centro escolar para niños procedentes de los suburbios de Roma. Allí desarrolló el método Montessori adaptado a la infancia entre 3 y 6 años, con el que pretendía mejorar las condiciones de estos niños desfavorecidos a través de ejercicios de vida práctica para promover su autonomía e independencia. No obstante, con el uso del material que había usado previamente con los niños con necesidades especiales, sus nuevos alumnos aprendieron también a leer, escribir y a realizar operaciones matemáticas básicas, algo hasta entonces imposible para niños tan pequeños.

Empezó a ofrecer cursos en la universidad y a formar a maestras. Después dejó Italia y viajó por Estados Unidos, Europa y Asia para dar a conocer su método. Vivió durante muchos años en la India, lo que en mi opinión fue decisivo para acabar de integrar los principios de su filosofía y donde desarrolló, junto a su hijo Mario, el Taller, es decir, el programa educativo para niños de 6 a 12 años.

Finalmente, en mayo de 1952, y tras 81 años de intensas vivencias y un legado de valor incalculable, moría una de las grandes pioneras en la historia de las mujeres.

Su obra es extensísima, sin embargo, si tuviera que quedarme con los libros más adecuados para la aplicación del método en el hogar serían: El niño en la familiaLa mente absorbente y El niño, el secreto de la infancia. Aquí tenéis un listado de todos sus libros  para descargar con algunas citas significativas.

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EDUCAR PARA LA PAZ

Establecer una paz duradera es obra de la educación; lo único que puede hacer la política es librarnos de la guerra.
María Montessori

Educación y Paz

El programa educativo de María Montessori se base en una educación para la paz. Ella vivió muy de cerca los desastres de la guerra, le aterraba profundamente la crueldad que llegaba a producirse en esta situación extrema y, por ello, dedicó una parte importante de su vida a buscar una solución, que concluyó sería una nueva educación para los niños.

Consideraba que los niños estaban en un plano superior, eran ellos nuestros maestros y no al revés. Nuestra función no era oprimirles sino ayudarles, darles las herramientas y el ambiente adecuado para que desplegaran todo su potencial.

Creía fervientemente que una nueva generación de niños, criados desde el respeto y no desde el castigo, desde el amor y no desde la violencia, desde la verdad y no desde la mentira, serían los que nos salvarían del gran problema de la humanidad: la guerra.

Aunque fue nominada varias veces al Premio Nobel de la Paz, no lo ganó nunca, pero sus escritos (varios ciclos de conferencias recopilados en el volumen Educación y Paz) siguen disponibles para que cambiemos nuestra forma de ver la infancia y ayudemos a los niños del siglo XXI a cambiar guerra por paz, conflicto por diálogo, competitividad por cooperación y odio por amor. Realmente, la educación es lo único que puede cambiar el mundo, pero es un trabajo conjunto de familia y escuela, ¿no os parece? 

Los intentos del niño por aprender qué es la verdadera justicia han sido confundidos y mal encauzados. […] La virtud más premiada y fomentada ha sido superar a sus compañeros y sobresalir, aprobando exámenes al final de cada año de su vida de perpetua y monótona esclavitud. Los hombres educados de esa forma no han sido preparados para buscar la verdad ni para que se familiaricen con ella y la integren a su vida, ni para que sean caritativos con los demás y cooperen con ellos con el fin de crear una vida mejor para todos. Por el contrario, la educación que han recibido los ha preparado para lo que se puede considerar solo como un intervalo en la vida colectiva real: la guerra. Porque la verdad es que no son las armas las que provocan la guerra, sino el hombre.
María Montessori

Educación y Paz

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EL TRABAJO DEL NIÑO: EL JUEGO

Como he dicho, María Montessori creía fervientemente que el niño estaba en un plano superior, distinto al que nosotros le relegábamos. De esto se deriva una idea clave: en las aulas Montessori los niños trabajan y no juegan. No obstante, cualquiera que vea trabajar a un niño con materiales Montessori, verá que este trabajo tiene más que ver con lo que para nosotros es juego que trabajo; es una cuestión más semántica que de otro tipo.

María Montessori consideraba el juego como algo importante, esencial, algo en lo que los niños ponían tantísimo esfuerzo que no podía ser denominado meramente jugar, pues era un verdadero trabajo intelectual. En el libro El niño, el secreto de la infancia, explica y compara lo distintos que son el trabajo del adulto y el del niño, que es lo que normalmente lleva a un error de planteamiento por el que los niños Montessori no pueden jugar.

En un artículo de la doctora, da las claves por las que el trabajo del niño en Montessori es puro juego, os las traduzco:

  • El juego es algo autodirigido y autoelegido, los jugadores siempre son libres de dejarlo. Los guías Montessori solo asisten al niño al principio de la actividad y en ningún caso enjuician su forma de jugar. Los niños pueden decidir dejarlo en cualquier momento y pasar a otra actividad, tan solo deben recogerlo al acabar.
  • El juego es una actividad en la que los medios son más valorados que los fines: aunque nosotros les presentemos los materiales con una finalidad, el objetivo no es que la dominen, sino que la practiquen.
  • El juego, aunque sea desestructurado, es guiado por una serie de reglas mentales, una guía interna muy presente en Montessori, aunque no siempre visible para nuestros ojos, y que permite a los niños decidir cuánto y cómo jugar.
  • El juego es algo no literal, imaginativo, pero al mismo tiempo delimitado en cierta forma por la realidad, es decir, en Montessori no hay juego simbólico como tal, pero eso no quiere decir que no haya juego imaginativo. No hay fantasía, pero los niños reciben historias de animales increíbles o países lejanos.
  • El juego mplica un estado mental activo, en alerta, pero no estresante: en Montessori, los niños no son sujetos pasivos de su aprendizaje, sino que este requiere muchísima concentración por su parte.

 

“Perhaps play would be more respected if we called it something like “self-motivated practice of life skills,” but that would remove the lightheartedness from it and thereby reduce its effectiveness. So, we are stuck with the paradox. We must accept play’s triviality in order to realize its profundity.” – Peter Gray

Quizás el juego sería más respetado si lo llamáramos algo así como «práctica automotivada de habilidades vitales » pero eso reduciría su frescura y, por tanto, reduciría su efectividad. Así, estamos atrapados en la paradoja. Debemos aceptar su trivialidad para poder darnos cuenta de su profundidad.- Peter Gray

En cuanto al juego simbólico, podríamos hablar largo y tendido. Mientras que en una escuela son necesarios una serie de materiales para desarrollar un abanico de habilidades, en casa necesitamos juguetes para que los niños se desarrollen en otros aspectos. Huelga decir que el juego simbólico es ideal para que hermanos de distinta edad jueguen juntos, que son materiales fáciles de encontrar en cualquier juguetería y que además les permite expresar sentimientos o vivencias que les preocupen en ese momento. No obstante, siempre me gusta hacerme esta pregunta: ¿Dónde está la frontera entre juego simbólico y vida práctica? Por ejemplo, cuando un niño está barriendo la casa.

Es por ello que creo que Montessori no veía distinción entre trabajo y juego, pero no sé si las personas que lo aplican lo tienen tan claro, porque para llegar a esa conclusión hace falta un trabajo personal muy importante. Es necesario desescolarizarse interiormente, y no me refiero al homeschooling, sino a interiorizar que todas las actividades que hacemos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos son un aprendizaje, y que es igual de valioso ver un ciclo de cine que leer un libro. En todo caso, en el aula (e incluso fuera, donde hay trabajos de jardín o pueden preparar un desayuno) hay mucha libertad y pueden elegir entre las distintas actividades que se les ofrecen. De hecho, en los inicios de las Casas de niños, sí tenían un área de juego simbólico que decidieron quitar porque los niños apenas la utilizaban.

Bien es verdad que en las Escuelas Montessori necesitan una cierta rigidez, que de ningún modo es obligatoria en una casa. En este curso trataremos de aplicar los principios Montessori a las dinámicas del hogar, y no de convertir nuestra casar en una prolongación de la escuela. No debemos olvidar que para el niño el juego siempre es juego, aunque para nuestros ojos pueda ser estructurado o más libre, es nuestra mente la que funciona de otra manera.

Esto demuestra una de las diferencias entre las leyes naturales del trabajo en el niño y en el adulto: el niño no sigue la ley del esfuerzo mínimo, sino una ley contraria, pues aplica una cantidad enorme de energía a una labor sin finalidad y no solo emplea energía propulsiva, sino también energía potencial en la exacta ejecución de todos los detalles.

Otro carácter diferencial claro e indudable entre el trabajo del adulto y el del niño, es que el de este último no admite remuneración ni concesiones; es necesario que el niño cumpla por si solo la labor de su crecimiento y que la efectúe por completo.

María Montessori

El niño, el secreto de la infancia

Nadie puede crecer por nuestros niños, ¿verdad? Este trabajo, el de desarrollarse plenamente y llegar a convertirse en un adulto, es el trabajo al que se refiere Maria Montessori. Podemos denominarlo juego o podemos denominarlo trabajo, para ella no había ninguna diferencia entre ambos.

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LAS TENDENCIAS HUMANAS

Otro de los planteamientos más interesantes de la filosofía Montessori son las Tendencias humanas.

Maria Montessori descubrió, mediante la observación activa de los niños, una serie de elementos comunes en todos los seres humanos y que guían al niño internamente para adaptarse a la sociedad en la que vive. El medio ambiente del niño debe responder a estos elementos que le orientan el resto de su vida, sin excepción temporal o social.

Estos elementos, denominados tendencias humanas, son: orientación, orden, exploración, autocontrol, auto perfección, repetición, imaginación, abstracción, conceptualización, trabajo, manipulación, movimiento, perfección, comunicación y pensamiento matemático, y fueron desarrollados en 1956 por Mario M. Montessori en el libro Las Tendencias Humanas y la Educación Montessori. Así que, más que a Maria Montessori, se las debemos a su hijo Mario.

Una vez fallecida nuestra querida Doctoressa, Mario Montessori continuó con la tarea que ella había dejado pendiente y siguió facilitando cursos de formación y publicando escritos como el mencionado en el párrafo anterior. A él le debemos pues este concepto clave en Montessori: «las tendencias humanas», presentes desde el nacimiento y desde el origen de la vida del hombre. Elementos que se relacionan con la exploración, el trabajo, la mente lógico-matemática, la orientación grupal y las necesidades espirituales, y que, aún siendo constantes a lo largo de toda la vida del hombre, difieren un poco en importancia si los niños se encuentran en el primer o segundo plano de desarrollo (de los 0 a los 6 años o de los 6 a los 12 años)

Primer plano de desarrollo Segundo plano de desarrollo
Exploración Exploración
Orientación Orientación
Orden Orden
Conocimiento/Razonamiento Comunicación
Abstracción Abstracción
Imaginación Imaginación
Mente matemática  
Trabajo Trabajo
Repetición  
Exactitud  
Actividad Actividad
Manipulación  
Autoperfección Autoperfección
Vida espiritual  

 

Estas tendencias humanas están muy relacionadas también con las necesidades humanas, que son de dos tipos: Físicas (Comida, vestimenta, refugio, defensa y transporte) y Espirituales (Amor, religión o creencias, arte y música y vanidad) Son fácilmente percibidas desde la observación consciente de los niños y, además, constituyen las motivaciones que nos animan a tomar una decisión y no otra.

 

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PRINCIPIOS MONTESSORI

Estas tendencias se materializan en el primer plano de Desarrollo, es decir, la infancia de los 0 a los 6 años (la mente absorbente), y se materializan en los siguientes intereses y necesidades:

1) Interés por el aprendizaje:

La mente absorbente de los niños les hace tener un total y absoluto interés por el aprendizaje, que les permite conocer el mundo que les rodea, y, por tanto, adaptarse a él. Descubrió que para facilitar la experiencia a los niños los materiales y las actividades que se les planteaban debían seguir los siguientes principios:

– Debían ser autocorrectivos: Por una doble motivación, les otorga autonomía e independencia al no necesitar ningún adulto para que valore su proceso cognitivo, y, por otro lado, da importancia al error como motor del aprendizaje. Sobre el material autocorrectivo, en ocasiones, oigo críticas respecto a que es demasiado directivo, pero realmente el adulto no emite juicios (o no debería emitirlos) Si muestra al niño como hacer un trasvase y cae una gota y lo limpia, el niño elige entre limpiarlo o no. Lo acabará limpiando porqué es lo que ve con el ejemplo, pero al no haber premios ni castigos, será él quien lo interiorizará y será su decisión.

Cuando el material no es autocorrectivo tampoco se corrige al niño, sino que lo que hacemos es “modelar” con el ejemplo. Si estamos enseñando a usar el cepillo para barrer, por ejemplo, hasta que lo dominen, nos verán hacerlo miles de veces. No obstante, si de verdad necesitamos corregir, siempre podemos decir: «Esa es una forma de hacerlo, yo tengo esta otra». De este modo no emitimos juicios ni imponemos y el niño tiene libertad para elegir cómo hacerlo.

A continuación os dejo un vídeo de mi hija en el que se puede apreciar la importancia de este tipo de material, espero que os quede claro a pesar de las dificultades técnicas que vivimos:

– Debían evitar la frustración: Los materiales Montessori permiten la «bondad del ajuste», es decir, al niño se le ofrece exactamente la cantidad de reto que necesita, ni más fácil (para que no se aburra) ni más difícil (para que no se frustre). No debemos olvidar que solo estamos hablando de la frustración desde el punto de vista pedagógico, no del resto de situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo, no podemos ni debemos evitarles a nuestros hijos la frustración de no poder comer chuches todos los días o de no comprar un juguete en una tienda si nosotros lo hemos decidido así. Hablamos solo de la frustración que desmotiva el aprendizaje.

– Debían aislar cada dificultad: Cada material tiene una única finalidad. Ofreciendo una sola dificultad en cada momento permitimos al niño que se concentre en la habilidad que está tratando de desarrollar. Por otro lado, el hecho de que cada material solo tenga una finalidad, permite lograr la bondad del ajuste, darle la cantidad de reto que necesita para que ni se aburra ni se frustre, y no necesite la ayuda del guía, aunque muchas veces trabajen con compañeros desde el plano de la igualdad.

Esto no es sino una preparación indirecta para primaria, en la que los niños trabajan de forma autónoma, están diseñados siguiendo los periodos sensibles para trabajar un solo concepto. Por ejemplo, en los cilindros de sonido aislaremos un solo concepto, pues todos tienen la misma medida, material, peso y color. Una vez que el niño ya ha practicado mucho, le podemos ofrecer las extensiones, combinarlos con otros materiales, etc.  Pero, en todo caso, esto es así solo en las Escuelas Montessori.

– Debían pasar de lo concreto a lo abstracto y de lo fácil a lo difícil: Siempre los retos son alcanzables y las tareas simplificadas, y en este momento en el que su mente es absorbente y aún no ha desarrollado la capacidad de abstracción, debemos ofrecerle materiales que le permitan aprender usando los sentidos, especialmente las manos.

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2) Necesidad de ser libre e independiente.

Sobre el concepto obediencia y voluntad hablaremos más adelante, pero os adelanto que para Maria Montessori no podía existir la una sin la otra. Aunque parezca paradójico, pensaba que el niño que realmente obedece, es el que realmente quiere hacerlo y eso solo puede suceder cuando desarrolla su voluntad.

De esta forma, los niños necesitan autonomía para decidir qué quieren hacer y libertad para tomar decisiones. Los adultos debemos permitírselo siempre que sea posible según la seguridad y el entorno, y no debemos confundir la libertad con el libertinaje, pues la primera debe ejercerse siempre dentro de unos límites propuestos desde el amor y el cariño.

3) Interés por el orden

Existe un periodo sensible para el orden (más adelante hablaremos de los periodos sensibles y de su importancia en el desarrollo), por el que los niños necesitan tener un ambiente ordenado y estable, pues es lo que les permite ordenar en el mundo. De ninguna manera podemos confundir el interés de los niños por el orden, entendido como estabilidad, con nuestro interés por el orden y la limpieza.

4) Interés por el mundo que le rodea

La mente absorbente de los niños les hace interiorizar todo lo relacionado con el mundo que les rodea, siempre tomando como punto de partida la información que les llega de los sentidos. El aprendizaje será siempre vivencial, a través de los sentidos, que son una extensión del cerebro.Así las cosas, es célebre la frase “No le des al cerebro más de lo que le das a la mano”.

Por otro lado, para Maria Montessori el mundo es lo suficientemente mágico e interesante como para no tener que recurrir a historias inventadas, por ello no se fomenta la fantasía (entendida como algo externo) y sí el desarrollo de la imaginación (algo intrínseco al niño)

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5) Necesidad de ser escuchado y respetado

Nuestros hijos son personas competentes en miniatura, aunque son pequeños y aún no han desarrollado completamente su voluntad, debemos permitirles decidir siempre que sea posible, escucharles siempre desde el amor y la empatía y respetar su persona por encima de todo.

Espero que estas pinceladas os ayuden a entender un poco mejor cuáles son las bases del programa educativo que elaboró la doctora Montessori, como padres no debemos olvidar lo siguiente:

De este conjunto de hechos, resulta que el adulto debería interpretar las necesidades del niño para comprenderlas, preparándole un ambiente adecuado. De esta manera podría iniciarse una nueva era en la educación, la del auxilio a la vida. Es absolutamente necesario que termine la época en que el adulto consideraba al niño como un objeto que se toma y transporta a cualquier sitio, cuando es pequeñito; y cuando mayorcito, no tiene más que obedecer y seguir. Este concepto erróneo es el obstáculo invencible para que la vida del niño sea más racional Es preciso que el adulto quede persuadido de que ha de ocupar un lugar secundario, esforzándose en comprender al niño, con el vehemente deseo de convertirse en auxiliar suyo. Esta es la verdadera orientación educativa. que deberían seguir las madres y sus educadores

 

María Montessori

El niño, el secreto de la infancia, Maria Montessori

TAREAS

1/ Reflexionar sobre cuáles de estos principios Montessori pueden ser aplicados más fácilmente en casa con nuestros niños.

2/ Reflexionar sobre cuál es el valor del juego en la infancia: ¿Juegan nuestros hijos libremente?

3/ Si tenéis tiempo, visualizar la película sobre la vida de María Montessori.

Resumen de la lección:

 

  • Biografía y bibliografía de la Dra. Montessori.
  • Descubrir la importancia de la paz en la filosofía Montessori.
  • Asimilar que el trabajo del niño es lo más importante, no hay distinción entre juego y trabajo.
  • Conocer las tendencias humanas universales que impulsan nuestro comportamiento.
  • Señalar los principios del método Montessori (en el primer plano de desarrollo).