En la lección de hoy nos adentraremos en un debate muy habitual en Montessori: realidad vs. fantasía. Profundizaremos en por qué la fantasía es distinta de la imaginación y cómo podemos conciliar el principio de realidad Montesori con la sociedad actual. También veremos la influencia de otras pedagogías y cómo podemos combinarlas en el hogar.
Hasta los dos o tres años, lo mejor es ofrecerles libros con imágenes reales y a partir de esa edad podemos ampliar el repertorio, aunque debemos asegurarnos de que distinguen entre la realidad y la fantasía antes de ofrecerlos. En este punto podemos ser más o menos restrictivos, en principio, para Montessori un libro en el que los animales hablaran no sería lo más adecuado para niños pequeños, pero yo prefiero circunscribir esta “prohibición” a seres que no existen, como duendes o hadas, porque en el fondo los animales si se comunican, aunque nosotros no podamos entenderlos.
Por otro lado, vivimos en una sociedad muy visual y es complicado aislar a los niños de ese bombardeo de fantasía. Mi consejo sería no fomentar en los niños este tipo de libros, pero si desean que se los leamos, seguid a vuestros hijos y leedlos. Es más, si vais a la biblioteca y los eligen, en mi opinión, su libertad de decisión debe estar por encima de lo que nosotros podamos pensar. Los lectores no dejan de ser ellos, nosotros somos una mera «herramienta» hasta que aprendan a leer solos con soltura.
Os dejo este fragmento de la entrevista a las guías de Montessori Canarias que tienen una visión muy parecida a la mía al respecto:
Sabemos que los niños están hiper- expuestos a la fantasía y trabajamos con esa realidad. La fantasía llega por supuesto a nuestra aula y no por ello le damos la espalda. Simplemente cuando eso ocurre, si estamos en la época en la que aún el niño no distingue una cosa de otra, vemos cómo contrastarla, hablando de lo real y sin fomentar la fantasía.
Lo que sí me parece importante es darle al niño hechos objetivos (como que las mariposas nacen con esos colores, no que las hadas pintan sus alas), ni inventar historias (estos caramelos no te los puedes comer porque se los ha llevado un duende, a los bebés los trae una cigüeña de París, etc.). Pero si son los niños los que las cuentan, debemos escucharles sin más, porque son sus pequeñas creencias y debemos actuar igual que lo haríamos con cualquier otro adulto.
El hecho de que en Montessori no se fomente la fantasía (entendida como algo externo) hasta los 6 años, no significa que no estimule la imaginación.
Hace poco en uno de los cursos salió este tema (siempre sale, es un tema polémico) y una de las mamás puso este ejemplo: Su hija se había quedado maravillada ante la polea que levantaba la puerta del garaje y había exclamado ¡magia! Entonces, su madre se lamentaba de que si ella le hubiera dejado creer que era magia no hubiera querido investigar. Hubiera sido un buen momento para introducir un juego de poleas para que el niño lo manipulara.
En Montessori pensamos que animar a los niños a creer que algo científico no responde a las leyes de la naturaleza sino de la magia es una falta de respeto hacía ellos, ya que el hecho de estar en contacto con la realidad es lo que les permite a nuestros hijos construir su propio marco de referencia.
If, then, the true basis of the imagination is reality, and its perception is related to exactness of observation, it is necessary to prepare children to perceive the things in their environment exactly, in order to secure for them the material required by the imagination.
Further, the exercise of the intelligence, reasoning within sharply defined limits, and distinguishing one thing from another, prepares a cement for imaginative constructions; because these are the more beautiful the more closely they are united to a form, and the more logical they are in the association of individual images.
The fancy which exaggerates and invents coarsely does not put the child on the right road.
Si, entonces, la verdadera base de la imaginación es la realidad, y su percepción está relacionada con la exactitud de la observación, es necesario preparar a los niños para percibir las cosas de su ambiente de forma exacta, con el fin de asegurarles el material requerido por su imaginación.
Es más, el ejercicio de la inteligencia, razonar dentro de unos límites muy definidos, y distinguir una cosa de la otra, prepara el terreno para construcciones imaginativas, pues estas son más bonitas cuanto más cercanas son a la realidad, y cuanto más lógicas son en asociación a las imágenes individuales.
El tipo de imaginación que exagera e inventa toscamente no sitúa al niño en el camino adecuado.
Leyendo este párrafo de la Dra. Montessori, estoy totalmente de acuerdo, pero en el siglo en el que vivimos es muy complicado mantener a los niños aislados de la fantasía. Yo no les cuento historias de hadas, pero las conocen igualmente. Quizás mientras estén con nosotros en casa, sí, pero en el momento en el que empieza a desarrollarse su sociabilidad y tienen contacto con otros niños, es mucho más complicado.
Por otro lado, estoy convencida de que este planteamiento es debido, también en parte, a que hace 100 años, cuando la Doctora Montessori desarrolló su método pedagógico, los cuentos de hadas eran utilizados para aterrorizar a los niños pequeños, por lo que en su defensa de la infancia, era coherente que prefiriera mostrarles al niños el conocimiento científico en vez de la fantasía.
Además, es muy difícil que un niño de nuestro tiempo no esté expuesto constantemente a elementos de fantasía, con lo que es muy probable que aunque nosotros no queramos conozca dichas historias. Debates aparte, a Abril le gustan y, como la Dra. decía siempre, “no me sigáis a mí, seguid al niño”. Esto es una casa, no una escuela, pues hacemos un poco lo que queremos. Ya sabéis que, para mí, la autonomía y el libre albedrío de mis hijas están por encima de mis creencias, así que leemos muchos y variados cuentos fantásticos que eligen de la biblio. De esta forma, en casa hacemos una división (irreal) entre libros de conocimiento, por así decirlo, que sí siguen una filosofía Montessori muy marcada, y libros de entretenimiento, donde tienen cabida las hadas, los duendes y las reinas que tienen poderes de hielo.
Por otro lado, pienso que si la naturaleza ha previsto que el niño no distinga entre la realidad y la fantasía es por un motivo, que seguramente sea el mismo por el que no distingue entre juego y trabajo, porque no lo necesita. Cuando llegue el momento de usar su razón y no la fantasía, lo hará. Por eso realmente creo que los niños de 0 a 6 años, y aquí viene mi opinión personal, no es que no sepan distinguir entre fantasía y realidad, es que realmente no tienen ninguna necesidad de hacerlo, ni ningún interés; igual que no distinguen entre juego y trabajo y es algo maravilloso.
Por ejemplo, me parece una falta de respeto (a mí) decirle a un niño que a los bebés los trae una cigüeña de París. Debemos proporcionarles la información justa que nos estén demandado y/o ayudarles a conseguirla, pero no me parece descabellado ofrecerles un cuento donde un espermatozoide cuente la historia de cómo llegó al óvulo, igual que los dibujos de Érase una vez la vida.
Mi opinión, como siempre, seguid al niño, ¡y a nosotros mismos! Con lo que nos sintamos cómodos será lo adecuado y necesario para la familia.
En general se considera al niño como un ser receptivo y no como un individuo activo; y esto ocurre en todos los campos: el desarrollo de la imaginación también es tratado desde este punto de vista; se relatan al niño cuentos de hadas, historias encantadoras de príncipes y princesas, y se cree que todo ello desarrolla la imaginación, pero escuchando tales o cuales historias, el niño no hace más que recibir impresiones, no desarrolla por completo sus propias posibilidades de imaginación, una entre las más altas cualidades de la inteligencia.
OTRAS PEDAGOGÍAS: WALDORF VS MONTESSORI VS REGGIO
También me preguntáis a menudo cuál sería la diferencia entre un juguete Waldorf y otro Montessori.
En Montessori se aísla la dificultad, por lo tanto, un juguete de encajar como son las guías Montessori llevan todas las piezas iguales. No se quiere distraer al niño con muchos colores para que pueda interiorizar la actividad de encajar unas piezas con otras de la forma más sencilla posible. Y, posteriormente, se pasa a distintos niveles de dificultad.
Sin embargo, para Waldorf, el factor estético es más importante y no cree necesario aislar la dificultad, pues considera que simplemente con el uso del juguete ya aprenden todo lo que necesitan del ambiente. Ambas posturas son igual de válidas, y quizás para niños pequeños sea más adecuado el uso de los primeros (para desarrollar la habilidad de encajar) y para niños más mayores el uso de los segundos (para desarrollar toda su creatividad). En todo caso, ¡seguid al niño! Ellos nos dan toda la información que necesitamos y el uso de una pedagogía u otra no deja de ser una cuestión de preferencias y/o creencias, y eso incluye a sus materiales típicos.
Por otro lado, los materiales del enfoque educativo Reggio Emilia casan muy bien con un ambiente Montessori, aunque sean más desestructurados y con un enfoque más artístico. En algunas escuelas Montessori tienen mesas de luz, y en una casa es una buenísima idea, pues potencian el desarrollo de los sentidos, principalmente tacto y vista. Se pueden comprar o se pueden hacer caseras, teniendo mucho cuidado de colocar los leds de forma que repartan la luz por toda la superficie de la mesa. En el blog tenéis mucha información al respecto: cómo hacerla, materiales, etc.
En el caso de bebés, no podemos olvidar las investigaciones de Emmi Pikler. María Montessori se dio cuenta al final de su vida de que la etapa más importante del desarrollo eran los primeros años de vida, pero realmente no le dio tiempo a profundizar al respecto. Es por ello que las teorías de Pikler sobre libre movimiento en bebés casan muy bien con las nociones de libertad y libre movimiento de Montessori.
Finalmente, no podemos olvidar el genial contacto con la naturaleza del planteamiento de Bosque Escuela y/o Educar en verde. María Montessori era una firme defensora de que los niños estuvieran en contacto con el ambiente que les rodeaba y eso, por supuesto, incluía la naturaleza.
TAREAS
1/ Leed el artículo de Silvia Dubovoy si no lo leísteis anteriormente, reflexionad al respecto de la fantasía y de la imaginación y por qué uno es deseable y otro no en un ambiente Montessori. Debatid con los compañeros en el foro.
2/ ¿Crees que en una casa se puede combinar Montessori con otras pedagogías? ¿Y en una escuela?
RESUMEN
- Aunque en Montessori preferimos la realidad a la fantasía, debemos permitirles libertad de elección y, además, podemos elegir cuentos, que sin ser 100% Montessori, nos permitan sacar alguna otra lectura, como sentimiento o vocabulario.
- La edad en la que un niño empieza a distinguir fantasía de realidad suele establecerse en torno a los seis años, cuando concluye el periodo de la mente absorbente y toma el control la mente que razona, del segundo plano de desarrollo.
- Tener un amplio conocimiento de la realidad hará que nuestros hijos tengan una base sólida para desarrollar su imaginación, que nada tiene que ver con la fantasía.
- En casa podemos combinar perfectamente la filosofía Montessori con otra serie de actividades inspiradas en Reggio o Waldorf, en una escuela no seria posible. O al menos no sería igual de fácil.