El niño tiene con el ambiente una relación distinta de la nuestra. Los adultos admiran el ambiante, pueden recordarlo, pero el niño lo absorbe. No recuerda las cosas que ve, sino que estas cosas pasan a formar parte de su sique; encarna en sí mismo las cosas que ve y oye. Mientras que en los adultos nada cambia, en el niño se producen transformaciones; nosotros sólo recordamos el ambiente, mientras que el niño se adapta al mismo; una forma especial de memoria vital que no recuerda conscientemente, sino que absorbe la imagen en la vida misma del Individuo, fue designada por Percy Nunn con una palabra especial: Mneme.

María Montessori

La mente absorbente

En la lección de hoy veremos la evolución de los niños en su primera etapa de infancia, desde el nacimiento hasta los 2/3 años de vida. El primer año es lo que considero como bebés, el segundo deambuladores y el tercero aDOSlescentes. Lo he dividido en etapas, pero de forma puramente organizativa y funcional, pues ya sabéis que el desarrollo de los niños no es lineal, sino que es único y tiene un ritmo distinto para cada niño.

ETAPA DE 0-6 MESES

Tal y como os explicaba al principio, desde que el bebé nace hasta que, más o menos, empieza a gatear, existe un periodo de exterogestación en el que el bebé necesita estar en estrecho contacto con su madre (padre o familiares) para poder desarrollarse y nutrir de la mejor forma posible el embrión espiritual que lo habita.

Por tanto, podemos decir que el ambiente preparado del neonato es el cuerpo de su madre (o padre), por lo que el PORTEO y el contacto continuo son vuestras mejores claves. Cualquiera que sea el tipo de lactancia por el que hayáis optado (recordad que debe ser un periodo de unión, cobijo y amor) para el niño, estas primeras experiencias de placer son de vital importancia, especialmente en las primeras semanas en las que prácticamente solo se despiertan para comer.

Ahora bien, se constata que en una forma de vida natural y primitiva, ha ocurrido precisamente así. El recién nacido, el niño pequeño, el embrión espiritual, que tiene que preparar a expensas del ambiente su adaptación y construir los caracteres propios de la raza, participó siempre en la vida social de los adultos. La madre lleva al niño pequeño en brazos y lo tiene junto a ella vaya donde vaya. La campesina va al trabajo llevando con ella al niño; la mujer que va a la compra al mercado, o que va a la iglesia, que conversa con las comadres, tiene al niño siempre pegado a ella. La lactancia es el lazo que tiene todavía unida a la madre con el embrión espiritual; y es un hecho común en todas las razas. 

María Montessori- La formación del hombre.

Poco a poco pasará cada vez más tiempo despierto, y si estamos fuera de casa, desde nuestros brazos podrá observar todo tipo de escenas que le ayudarán a comprender el mundo al que ha venido. Si estamos en casa podemos, bien portear mientras hacemos las tareas de casa, bien que observe cómo juegan sus hermanos desde nuestros brazos, bien ofrecerle un colchón en el que tumbarse y explorar, depende del momento y del carácter del niño. Es importante que el niño pase momentos «boca abajo», por supuesto, pero solo si él lo acepta (a muchos les provoca angustia) por lo que lo mejor es ofrecerle el suelo, boca arriba, y pronto querrá darse la vuelta. También podemos colgarle lo que hemos venido a llamar «Móviles Montessori» encima del colchón.

Podemos aprovechar cada momento de higiene (cambio de pañal, baño, vestido, etc.) y cualquier otro que se nos presente para hablarle y cantarle, exponerle al lenguaje, en definitiva, para que su mente absorbente lo asimile con naturalidad. También debemos recordar pedirle permiso para cada uno de estos actos, o al menos explicarle lo que estamos haciendo con su cuerpo y no hacerlo sin más. Un simple «voy a cambiarte el pañal que está sucio de pis» es suficiente.

También podemos ofrecerle (dejándolo a su alcance, pues al principio saben coger pero no soltar, lo que les puede producir cierta angustia) los siguientes materiales: Sonajeros de madera, espejos de seguridad, libros de peluche o tela, juguetes de agarrar o rodar, la bola Pikler, discos interconectados, pelota Montessori, cadena de bolas, etc.

Incluso el modo que emplean las madres para sujetarse al niño, permaneciendo ellas con las manos libres para trabajar, es uno de los caracteres en las costumbres de los pueblos. La madre esquimal sujeta al niño a su espalda, la japonesa sobre los hombros, la india lo lleva al costado, otras, como en los cantones suizos, lo llevan en la cabeza. De esta forma las madres realizan una segunda función natural, una función de orden psíquico. Ellas no son conscientes de cumplir un acto necesario para la salvación de la especie. La madre es algo distinto de una «revolucionaria en la educación». No es una maestra del niño, no lo invita a mirar o a aprender: es sencillamente su medio de transporte.

María Montessori

La formación del hombre

ETAPA 6-12 MESES

Los hitos de este periodo serán la conquista del movimiento (el Gateo/la Bipedestación) y la conquista de la alimentación (los sólidos o Alimentación complementaria) Es necesario que ambos surjan a demanda del niño.

El ambiente preparado deberá ofrecer al niño en este momento más que nunca un entorno seguro y amplio para poder explorar, desarrollando así toda su motricidad gruesa. Al explorar sin depender de nosotros está desarrollando su capacidad de tomar decisiones y, por tanto, su voluntad, por eso es muy importante no intervenir en el proceso, salvo que por su seguridad sea absolutamente necesario. Debemos adaptar nuestra casa (estanterías, armarios y cajones) para que pueda explorar sin que nosotros tengamos que vigilar constantemente o peor, decir continuamente no, cosa que frenaría sus ansias de conocer el mundo a través de los sentidos, como le pide su mente absorbente, y le generaría un sentimiento de frustración intenso.

Sobre la alimentación complementaria, lo más acorde con la filosofía Montessori es la práctica del BLW, que favorece una relación independiente con la comida y la toma de decisiones, pues el niño puede decidir cuánto y cómo comer y cuándo ha terminado. Si esta opción de alimentación complementaria no es la que hemos elegido para nuestra familia, debemos asegurarnos de que el niño puede participar activamente en el proceso: ofrecerle las cucharas precargadas en vez de simplemente introducirlas en la boca, así como ofrecerle comida en trozos tan pronto como nos sintamos cómodos.

Si por el motivo que sea no nos sentimos cómodos al 100%, siempre podemos combinar alimentación en trozos con triturados dependiendo de la situación y del contexto. Con los niños rara vez se aplica el todo o nada. Seguir al niño es también seguir los ritmos y las necesidades de la familia.

Como también están en un periodo sensible para el lenguaje, es un buen momento para introducir los libros y leerlos en nuestro regazo (volveremos sobre esto más adelante) y no dejar de nombrar objetos y/o las partes de su cuerpo.

Los materiales más adecuados para este periodo son los siguientes:

  • Podemos instalar una barra con espejo en su habitación o en algún lugar de la casa, para que pueda incorporarse y ponerse de pie mientras se mira en el espejo. Una alternativa puede ser simplemente instalar la barra en uno de los cajones de la cómoda (si no tenemos espacio, previamente asegurando la cómoda a la pared) o simplemente una mesita baja o un mueble bajo pueden tener la misma función (aunque con la barra es más sencillo para él).
  • Los juguetes de gateo como un rodari, botellas o sonajeros rodantes (que pueden hacer los hermanitos de regalo) son geniales para estimular el movimiento de los pequeños, que no sean imposibles de coger o se frustrarán. En Montessori siempre damos el nivel justo de reto a nuestros niños, o al menos lo intentamos 🙂
  • Los taca tacas NO están recomendados, pero una vez que los niños han aprendido a andar, los carritos andadores pueden serles útiles hasta que se «suelten». Muchas veces no es necesario un carrito especial, Abril utilizaba un puff con ruedas para desplazarse hasta que se sintió segura para hacerlo sola. Si decidimos adquirir uno, recordad que el niño debe empujar el carrito y no al revés, por lo que las ruedas deben poder bloquearse.
  • Las cajas de permanencia, que no solo le sirven para explorar las leyes de la física sino que puede reducir la angustia de separación (cuando un objeto sale de mi vista no desaparece, solo cambia de sitio).

  • Puzzles sencillos. Si podemos elegir, lo mejor es que sean puzzles Montessori, pues aíslan la dificultad y el pomo es lo suficientemente grueso como para que pueda cogerlo un niño pequeño.
  • La cesta de tesoros: Consiste en rellenar una cesta o panera con objetos diversos de la vida cotidiana. Tim Seldin propone entre 50 y 100 objetos de distinto tamaño, forma, color, textura, peso y sabor.
  • Los sonajeros o botellas de sonido pueden fabricarse fácilmente en casa (ideal si hay hermanos mayores) y son una buena forma de que los niños tengan sus primeras experiencias musicales conscientes (pues desde el útero ya pueden escuchar y memorizar canciones).
  • Huevo y copa (es un sencillo juego de motricidad fina, no es necesario comprar el «original» Montessori, pues puede servir una copa de la cocinita de juguete o de madera comprada en una tienda de manualidades, y un huevo de madera de juguete o mercería) El juego tiene una segunda fase: con una bola y una clavija. Otra alternativa es usar un juego de pelotas de golf con unos Ts.

ETAPA 12-18 meses

En este momento, el niño se encuentra totalmente inmerso en un periodo sensible para el movimiento, por lo tanto debemos favorecer que pueda trepar, escalar, caminar, correr, etc. Y ofrecerle, también, un ambiente en el que pueda hacerlo.

El tiempo dentro de casa debe limitarse y podemos tener “vehículos”. Ofrecerle una moto, un triciclo, un correpasillos, una bici o un carrito para empujar son actividades ideales para los niños de esta edad.

Por otro lado, empieza a querer usar sus manos con un fin, el peque se ha dado cuenta de que puede modificar el ambiente en el que vive (que si recordáis era una de las características que nos diferenciaban de los animales), así que podemos ofrecerle los siguientes materiales: Puzzles sencillos con pomo, una cesta de pelotas, sacar e introducir objetos de un bote o una hucha, sus primeras construcciones, tuercas y tornillos, etc..

También, especialmente en torno al año y medio, podemos proponerle sus primeras actividades de vida práctica: Cepillo, fregona y demás útiles de limpieza.

Recordando siempre que los adultos nos centramos en el resultado y los niños en el proceso, ellos querrán limpiar para imitarnos y vivir ese proceso que nos tiene inmersos tantas horas al día (especialmente con niños pequeños), pero no por ver la casa limpia y recogida, sino por mera curiosidad e imitación. Hacerlos responsables de sus «accidentes» podrá llegar unos meses más tarde, siempre con nuestra ayuda y cariño.

 
 

ETAPA 18-24/36 meses

A partir del año y medio, el buen desarrollo psicomotor del niño le permite hacer ciertas actividades, pero no todas. En este momento debemos ayudarle a realizar la transición de niño a bebé, nuestra función como padres podría resumirse en:

  • Enseñarles a hacer las cosas sin nuestra ayuda.
  • Acompañarlos en sus frustraciones cuando, aún simplificadas, no puedan hacerlo.
  • Observarlos mucho para descubrir cuáles son sus intereses y escucharlos para que se sientan comprendidos.

A esta edad empiezan a necesitar actividades con un objetivo (por ejemplo, barrer para recoger lo que han tirado, no solo por barrer, especialmente al final del periodo), así que podemos continuar ofreciéndoles más actividades de vida práctica (las enumero más adelante, pero estarían relacionadas con las siguientes destrezas: Gracia y cortesía, giro de la mano, giro de la muñeca, practicar la pinza -tres dedos-, cuidado del ambiente, cuidado de sí mismos, preparar comida, manualidades, etc.) para que perfeccionen sus destrezas y también para que empiecen a asimilar las normas (aunque no lo lograrán normalmente antes de los tres años). Según vayamos observando su capacidad de concentración e interés, podemos ir ofreciendo materiales Montessori como la primera caja de color o los cilindros con botón (o cualquier material que permita el refinamiento de los sentidos).

El trabajo del niño es lo más importante, es algo casi sagrado, que debemos respetar sin interrupciones salvo fuerza mayor, debemos celebrar con ellos sus retos y logros, pero no alabarles sin más. Los hitos de esta etapa son comer sin ayuda, vestirse sin ayuda y realizar pequeñas tareas cotidianas (como limpiar o ayudar a poner la mesa ellos solos) En algún momento entre los dos años y medio y los tres, el niño dejará de parecer un bebé y será un niño pequeño. Felicidades, habéis criado un niño maravilloso, el embrión espiritual se ha desarrollado perfectamente en un clima de amor, comprensión y cariño.

Antes de concluir me gustaría recordaros el gráfico sobre el desarrollo de los bebés y unas pinceladas sobre lo que llamamos el máximo esfuerzo:

EL MÁXIMO ESFUERZO

Se ha observado que a la edad de un año y medio, hay un factor muy importante y evidente tanto en el desarrollo de las manos como en el de los pies; este factor es la fuerza. El niño que ha adquirido agilidad y habilidad, se siente un hombre fuerte. Su primer impulso al hacer algo no sólo es ejercitarse, sino, al hacerlo, realizar el máximo esfuerzo (o sea al contrario que el adulto).

Es un periodo que se da en torno a los 18 meses, al poco de  empezar a andar , por el que los niños demuestran una fuerza increíble y una capacidad física formidable.

También hay una tendencia a infringir las leyes de la gravedad y a superarlas: al niño le gusta trepar, y para hacerlo debe agarrarse a algo con la mano y hacer fuerza. Ya no se trata de aferrar por posesión, sino aferrar con el deseo de subir. Es un ejercicio de fuerza, y hay todo un periodo dedicado a este tipo de ejercicios. También aquí aparece la lógica de la naturaleza, porque el hombre debe ejercer su propia fuerza.

Debemos permitirles y animarles a estas actividades porque es también importante para sus conexiones cerebrales y su autoestima.

Si la naturaleza ha indicado de modo tan claro que este es el periodo del máximo esfuerzo, debemos ayudar a que se realice. Se trata de una afirmación genérica, pero los que observan al niño proporcionan detalles más exactos

TAREAS

1/ Reflexionad sobre los hitos de desarrollo y su relación con los periodos sensibles y el aprendizaje.

2/ Añadid a vuestro glosario los siguientes términos: Crisis del desarrollo, presentación Montessori, máximo esfuerzo.

RESUMEN

  • Los bebés necesitan un periodo de exterogestación en el que poder terminar de desarrollarse.
  • En su primer año de vida necesitan mucho contacto y mucho suelo para poder moverse libremente y desarrollar su motricidad gruesa.
  • Necesitan también que les hablemos constantemente, como a adultos y no infantilizando el lenguaje, para que asimilen la lengua en la que van a desenvolverse.
  • Necesitan que todos sus hitos (comer, gatear, andar) ocurran a su ritmo, respetando su proceso y sin forzar.
  • El máximo esfuerzo se produce normalmente al poco de aprender a andar, y gracias a él demuestran una gran fuerza y determinación.