Así pues, nuestro primer maestro será el mismo niño, o mejor, el impulso vital con las leyes cósmicas que le conducen inconscientemente: no lo que nosotros llamamos «la voluntad del niño», sino el misterioso querer que dirige su formación.
En la lección de hoy empezaremos repasando la vida de María Montessori, hablaremos de cómo creía que la influencia del ambiente era vital para el aprendizaje y cómo difiere un ambiente preparado en una escuela y en una casa.
María Montessori nació en Italia en 1870 y fue una de las primeras mujeres en doctorarse en Medicina en este país. Tenía verdadera pasión por la infancia y su visión del alma infantil fue asombrosa, lo que posibilitó la creación del «Método Montessori», su auténtico legado para la Humanidad.
¿Qué es el método Montessori?
El método Montessori es para la Doctora una ayuda para la vida, algo que acompaña el desarrollo de los niños durante todo el camino hacía su madurez. Mientras que otros métodos educativos solo son aplicables a una etapa concreta de la infancia, el Método Montessori, pensado para la educación infantil de 3 a 6 años, ha avanzado en las etapas abarcadas, tanto hacia abajo (existen escuelas 0-3 que lo aplican) y hacia arriba (Primaria, Secundaria o, incluso, un proyecto de Universidad Montessori en la India).
En palabras de la propia Doctora, no es un simple método:
Si se aboliera no solamente el nombre, sino también el concepto común de «método» para sustituirlo por otra designación; si hablásemos de «una ayuda hasta que la personalidad humana pueda conquistar su independencia, de un medio para liberarla de la opresión de los prejuicios antiguos sobre la educación», entonces todo estaría claro. Es, pues, la personalidad humana lo que hay que considerar, y no un método de educación; es la defensa del niño, el reconocimiento científico de su naturaleza, la proclamación social de sus derechos lo que debe suplantar a los modos fragmentarios de concebir la educación.
Antes de entrar en materia con la creación del ambiente preparado y los materiales que podemos introducir en nuestro hogar, me gustaría repasar con vosotros los siguientes conceptos:
Adulto conectado: Padre, madre, maestro/a o cuidador/a del niño que pone todo su empeño en favorecer el desarrollo de este en todos los sentidos: Autonomía, voluntad y destrezas. Para esta labor debe estar entrenado en la observación activa y reconocer los periodos sensibles por los que pasan los niños.
Cuatro planos del desarrollo: Planteamiento pedagógico ideado por la Doctora Montessori por el que nos explica que una persona de los cero a los 24 años pasa por cuatro periodos sucesivos, variables y dispares de desarrollo en los que la escuela debe adaptarse al niño y no al revés.
Mente absorbente: Tipo de mente que tiene el niño en el primer plano de desarrollo (de los cero a los seis años), que le permite una capacidad de aprendizaje inconmensurable en todos los sentidos, tanto en el de conocimientos como en la asimilación de la moral y la cultura de la sociedad en la que vive inmerso.
Observación: Proceso por el cual el adulto a cargo (guía, padre, familiar o responsable del cuidado del niño) analiza de forma OBJETIVA el comportamiento del niño para poder inferir en qué periodo sensible está y qué necesita en cada momento.
Periodos sensibles: Tiempos concretos de aprendizaje que actúan como ventanas de oportunidad para desarrollar una serie de habilidades concretas. Son guiados inconscientemente (por el maestro interior del niño) y le permiten realizar con pasión una actividad de forma repetida hasta que logran dominarla.
Tenéis un glosario de términos que podéis consultar en este enlace. También os recomiendo que os preparéis vuestro propio glosario como tarea si tenéis tiempo.
La adaptación del niño y el contacto con el mundo.
El niño necesita estar en contacto con el medio ambiente que le rodea para poder desarrollarse adecuadamente. Es pues la mente absorbente la que permite la adaptación del niño al mundo, la que permite convertir las habilidades potenciales o nebulosas en habilidades concretas gracias a los periodos sensibles por los que el niño se impulsa a desarrollarlas. Los adultos no nos adaptamos bien a los cambios, mientras que para los niños es algo natural, instintivo, como si fuera algo que está en su naturaleza.
La Dra. Montessori plantea que tuvo que ocurrir algún fenómeno nuevo en los procesos evolutivos por los que el hombre llegó a convertirse en Homo sapiens. Y nuestra carga genética es exactamente igual que la de nuestros antepasados Homo sapiens, la cultura siempre va más deprisa que la evolución. Al igual que la diferencia entre aves y reptiles no es solo el pico o las plumas, sino el cuidado de sus hijos «ese amor paternal que antes no existía y que aparece con la sangre caliente», ha debido de suceder algo parecido en la evolución de los homínidos (Hominidae) en el hombre: Lo que hereda el niño no es el carácter de su especie como los otros animales, sino la potencialidad para formar su carácter después del nacimiento. Un ejemplo claro es el lenguaje, por el que un niño que es adoptado al nacer por otros padres en la otra punta del mundo, hablará perfectamente la lengua de sus padres adoptivos y apenas tendrá recuerdos de la de sus padres biológicos. La capacidad de reconocer y reproducir las estructuras gramaticales que son comunes a todas las lenguas se heredan y lo que se desarrolla en los primeros dos años de vida son las particularidades de ese lenguaje
Para que esta adaptación se produzca satisfactoriamente debe producirse, no obstante, algo que parece de sentido común: El niño debe participar en la vida de los adultos, debe estar presente en las conversaciones para adquirir el lenguaje y debe asistir a los actos sociales para poder asimilar las costumbres de su cultura.
Ahora sabemos que la etapa más importante en la vida de un niño son los primeros años, sabemos que nace prematuro para poder adaptarse al medio ambiente en el que le ha tocado vivir y sabemos que para desarrollarse adecuadamente necesita volver a encontrar su lugar en la sociedad. Teniendo todo esto en cuenta, solo podemos apostar por una nueva educación que devuelva al niño su estatus, que le devuelva su lugar en la vida pública.
El ambiente preparado.
La Doctora creía pues que un entorno preparado proporcionaba la ayuda necesaria para que un niño se desarrollara de la mejor forma posible. Sin embargo, el ambiente preparado de una escuela y de una casa varían notablemente por muchos y variados motivos:
- El número de alumnos.
- La preparación del ambiente.
- La formación del adulto a cargo.
- Material disponible.
Las sinergias que se crean en un aula son distintas, el número elevado de alumnos y sus distintas edades participan por igual, y los guías han sido entrenados para presentar los materiales. Materiales, que por otro lado, están plenamente disponibles para el desarrollo de las actividades Montessori. Esto no nos debe desanimar. Es verdad que aplicar Montessori en ratios pequeños requiere repensar muy bien la filosofía y adaptarla a nuestro hogar, pero no es imposible.
Nuestras circunstancias familiares (la edad de nuestros hijos, si tienen hermanos, si nosotros trabajamos mucho tiempo fuera de casa y/o ellos van muchas horas al colegio) influyen directamente en la aplicación de Montessori en casa. Sin embargo, de lo que todo niño puede beneficiarse es que su casa, el hogar donde vive y el refugio donde se siente seguro, esté adaptado a sus necesidades. Esto fomentará su autonomía y su pertenencia, y redundará en una mayor satisfacción familiar. En definitiva, adaptar el ambiente preparado que es nuestra casa para nuestros hijos nos hace ser más felices.
¿Me acompañáis en este viaje a la felicidad?
TAREAS
- Fotografiad vuestra casa y compartidlo si lo deseáis con vuestros compañeros.
- Elaborad vuestro propio glosario de los términos anteriores.
- Reflexionad sobre esta pregunta: ¿En qué difiere principalmente un aula Montessori de un hogar?
RESUMEN
- La importancia del ambiente preparado era vital para la Dra. Montessori
- El ambiente preparad en una escuela y en una casa no tienen nada que ver.
- Conceptos teóricos clave son: Cuatro planos del desarrollo, Mente absorbente, Periodos sensibles, Adulto conectado y Observación.
- Nuestra carga genética es exáctamente igual que la del primer Homo Sapiens que pisó la tierra.
