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ANTES DE EMPEZAR
- Hagamos un iceberg. Hoy vamos a dibujar un iceberg en el que, en la parte de la superficie vamos a escribir CONFLICTOS ENTRE IGUALES. Y vamos a pensar en diferentes conflictos en los que se hayan visto implicados nuestros hijos o hijas, bien entre ellos o bien con otras personas de su edad, o parecido. También, podemos pensar en conflictos entre nuestro alumnado.
- En la parte de abajo del iceberg, la que está bajo la superficie, vamos a rellenar todo lo que pensamos que puede haber debajo.
- Ahora, podéis escuchar el tema, y nos vemos de nuevo en las tareas.
PARA PROFUNDIZAR Y DEBATIR
- Ahora que has escuchado el audio, puedes volver sobre el iceberg que hiciste y, quizá, añadir alguna cosa o matizar alguna otra.
- Reflexiona sobre cómo vives tú los conflictos, ¿son positivos? ¿Te ponen nerviosa o nervioso? ¿Te interesan? ¿Qué creencias tienes acerca del conflicto?
- Por último, si hay algo en particular que se te hace cuesta arriba a la hora de acompañar un conflicto, te propongo que busques tres cosas:
- Algo que puedas hacer antes de que se de esta situación.
- Algo que puedas hacer cuando se está dando esa situación y estas acompañando el conflicto.
- Algo que puedas hacer después de que suceda, si no estás satisfecha con la manera en la que lo has acompañado.
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Hola!
Lo primero que me gustaría decir es que me ha gustado mucho el audio… Tiene mucha y muy interesante información. Para revisar de vez en cuando, jeje!
Desde luego que mi visión de los conflictos hasta ahora no ha sido especialmente positiva… Personalmente no los llevo muy bien, porque algunas actitudes de agresión me son muy dolorosas y difíciles de trascender. Cuando el conflicto es más «civilizado», lo llevo mejor.
Dicho esto, los conflictos entre iguales tampoco me encantan… Los sonidos asociados a esos conflictos (gritos, quejas, lloros, ese grito que termina en agudo-grave) disparan mi sistema. Además llevo regular cuando se establecen abusos y daños. Así que tendía a intervenir para parar la agresión, pero solía tener un juicio detrás…
Últimamente y gracias a todo lo aprendido, estoy empezando a respirar y parar antes de abrir la boca. Si es necesario, paro el conflicto con el cuerpo o el gesto y estoy practicando el no preguntar, el quedarme mirando. Y ver qué cuentan, cómo están, quién empieza a hablar, cómo han vivido la agresión (tanto el que la ha ejercido como el que la ha recibido). En todo esto he descubierto el gran dolor que está sufriendo el que agrede… Antes me costaba mucho verlo… mi propia dolor ante el daño ejercido me lo impedía… Así que, mirada compasiva hacia todos los implicados. Observación de actitudes y repensar situaciones observadas antes del conflicto. Menos hablar y más escuchar. Amor incondicional.
Esto me sale.
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