eva_mi_ga

Respuestas de foro creadas

Mostrando 19 respuestas a los debates
  • Autor
    Entradas
    • #21205
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Elige una de las herramientas, practícala y reflexiona en el foro sobre cómo te ha ido.
      La tarea que me he propuesto practicar es “modelar con el sí”. Por dos motivos, uno es que me ha parecido asumible y no me sentía capaz de poder mantener el nivel de practica de las tareas y asumir una que viera muy distante de mi modo de hacer diario; y la otra es porque ni yo me aguanto cuando estoy con el no constante en la boca.
      Hago perspectiva y creo que el uso de no en casa ha crecido de forma exponencial con el hecho de teletrabajar estando los niños en casa. No me sentía cómoda pero no había sabido encontrar una alternativa.
      Enfocarme en lo que sí pueden hacer me hace ser más creativa, más positiva y creo que más cercana. Y reservar los NO para situaciones de peligro o de límites muy claros.
      Ha sido divertido ver como ni ellos mismos se esperaban las respuestas (puedes hacer volteretas aquí, esto sí lo puede romper…) y aunque sea por la misma novedad, eso ya ha facilitado el trance de lo que estaban realizando a la alternativa acceptable. Y claro, a mi me da motivación para seguir enfocada en buscar soluciones y alternativas, y no en parar la conducta.

      2/ Cuéntanos tus sensaciones al ver la dinámica que os hemos incluido.
      Este tipo de dinámicas me hacen tambalear un poco. Me cuesta entender como tenemos tan integrado un funcionamiento de poder y juicio en el otro. Tan integrado que solo soy capaz de ver cómo puede herir cuando se me ofrece otra manera de hacer las cosas.
      Hace tiempo que intento evitar el elogio y el premio, empezó a chirriárme cuando mi hijo mayor me preguntaba cuando hacia algo que él entendía que estaba bien “¿estás contenta conmigo?”, descubrí que lo hacía porque se lo decían en la guardería y me puso triste pensar que pueda dudar de que esté “contenta con él”. Tampoco me encajaba los “si haces esto me voy a enfadar”, que son la otra cara de la misma moneda.
      Me esfuerzo en alentar, en reconocer capacidades y esfuerzos, y en intentar que ellos mismos puedan reconocer su valor. Pero si, me sorprendo con “muy bien” y aunque intento reconducirlos me molesta que esa sea mi espontaneidad, lo que más les llega.
      Por otro lado, he conectado también con lo doloroso del silencio, del no ser visto… y me refuerza aún más la importancia de comunicar, de hablar o de, por lo menos, ofrecer el espacio para hacerlo en condiciones de respeto y amor.

      ¡Cuánto por entrenar!

    • #21179
      eva_mi_ga
      Miembro


      1/ Elige una de las herramientas, practícala y reflexiona en el foro sobre cómo te ha ido.

      La herramienta que he elegido ha sido “Pablabras de aliento”. Estoy centrándome en estar atenta a cuando voy a decir un elogio para frenarme y reconvertirlo, me cuestiono si quizás pierdo espontaneidad, pero me reconduzco convenciéndome de que forma parte del entrenamiento, como en el deporte: los movimientos son fluidos y se aprecian naturales después de mucho entrenamiento.
      A veces me siento un poco perdida, no me cuesta encontrar el elogio, pero dudo en si tiene sentido para quién lo recibe, si espera más… y también me siento orgullosa se estar en este entrenamiento. Todo y las dudas, siento que estoy valorando lo importante, empoderando des del respeto y la horizontalidad, no juzgando… y eso me hace sentir muy libre.
      Es un cóctel de emociones, entre sentirme capaz y alineada, y dudar mucho, creo que porque pienso demasiado y entonces me cuesta más fluir.

      2/ Cuéntanos tus sensaciones al ver la dinámica que os hemos incluido.
      Me ha conectado con la emoción de reprimir las ganas de acompañar demasiado – proteger viendo como ese proyectar confianza se traduce en aprendizaje, error, motivación… del otro. La primera imagen ha sido recordar a mi hijo de 4 años aprendiendo a ir en bici sin ruedines, yo estaba asustada, temía que se lastimara, pero me dejé guiar por la confianza hacia él y por sus necesidades, y me mantuve a unos pasos atrás, confiada y menos asustada.
      La primera parte de la dinámica me ha hecho sentir mucho agobio por parte de la persona que sujetaba y apatía y necesidad de atención por parte de la persona sujetada. En la segunda parte, me he sentido incómoda, ya no agobiada pero si como demasiado atada, algo no me encajaba de ese sostener constante y del dirigir.
      Últimamente me está surgiendo mucho la necesidad de “dejar ser”, “dejar que las cosas pasen”, “estar”… estoy aprendiendo como hacerlo, porque vengo de intentar tenerlo todo bajo control, todo previsto, alternativas… pero ya me agota y no me gusta donde me sitúa respecto a los demás. La dinámica me ha conectado también con esta necesidad de confiar, de dejar fluir, de disfrutar de lo que es.

    • #21033
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Elige una de las herramientas, practícala y reflexiona en el foro sobre como te ha ido.
      La herramienta que he elegido practicar ha sido: Poner a los niños en el mismo barco. Elegí esta herramienta porque soy consciente de que me cuesta horrores, especialmente cuando a peleas físicas se refiere. Poner a mis dos hijos en el mismo barco cuando uno está le ha hecho daño al otro me supone una pelea interna brutal, exponencial al nivel de llanto del “herido” .
      Quizá en todas las peleas de esta semana he conseguido ¿una vez? actuar como realmente querría y ponerlos en el mismo barco. Y aunque en el momento me “regaño” y me da rabia no saberlo hacer mejor, ahora mientras lo reflexiono me enorgullece estar esforzándome en hacerlo mejor, darle importancia a cómo gestiono esas situaciones, darme cuenta…

      Tengo que deciros que me abruman un poco todas estas prácticas que no tiene fecha de fin. Mi necesidad de terminar “los deberes” y “hacerlo bien hecho” se da de morros con este proceso que es para toda la vida. Y me va reconcomiendo cada vez que conecto con ello el no ir al día con los temas. Otro aprendizaje. Estoy buscando la manera de amcodarme a ello, de no necesitar tachar la tarea de la lista y disfrutar de ir saltando de una herramienta a otra, de ir perfeccionando, de recurrir a la que necesite practicar más en ese momento.

      2/ Cuéntanos tus sensaciones al ver la dinámica que os hemos incluido.
      La dinámica me ha hecho de espejo con mis dificultades para afrontar el conflicto.
      Lo que quiero que pase es que mis hijos no se peleen, no se enfaden, no se hagan daño… ¿hola? ?¿en qué mundo vivo?
      Así que lo que intento es cortarlo de raíz, o intervenir rápido proponiendo yo una solución. Las dos opciones suelen ser fail total.
      Hablando con la educadora de la guardería de mi hijo pequeño, que me está acompañando en todo este proceso me ha hecho una reflexión que me ha provocado uno de esos clicks que hacen un antes y después en el aprendizaje: me da miedo que mis hijos no se quieran. Y boom! He podido situar qué significan las peleas, qué aprendizaje les ofrecen y cómo darme cuenta de qué posicionamiento realmente quiero tomar (y poder ir viendo cómo situarme).

    • #20902
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Elige una de las herramientas, practícala y reflexiona en el foro sobre como te ha ido.
      La herramiento de este tema que he elegido empezar a practicar ha sido “No respondas al respondón”, qué maravilla y qué difícil!
      Ya hacía unos días que me daba cuenta de que entrenaba en responderle a mi hijo de una manera que no me hacía sentir cómoda, ni que le hacía llegar mi amor, y que no nos servía para nada! Pero me faltaban herramientas, cuando me daba cuenta ya estaba metida en el partido!
      Gracias a los ejemplos del temario he empezado a sentir que le devuelvo cariño y firmeza en lugar de entrar al trapo. Seguimos teniendo los mismos conflictos pero me siento mejor conmigo y siento que le respeto más, tengo ganas de integrar mejor estas herramientas para ser más natural, estar más relajada y gozar más de sus consecuencias. Estaré atenta a ello!

      2/ Cuéntanos tus sensaciones al ver la dinámica que os hemos incluido.
      Ayyyyy el baile! Me he sentido muy identificada con el “no me soporto y no soporto a mis hijos”. Esa sensación de que todo está fallando, de que está mal y no sé cómo he llegado a ese punto.
      Para mi un punto de inflexión importante para dejar el bailoteo y intentar mantenerme en los aspectos positivos de la firmeza y la amabilidad ha sido la mirada hacia las necesidades de todos, el respeto. Me ha conectado con un conflicto que arrastrábamos con nuestros hijos desde hace tiempo: se bañaban juntos, y cada día se peleaban, pegaban, gritaban… y yo me ponía muy nerviosa. Pero al día siguiente, de nuevo igual, los dos al baño y “no os peguéis, si necesitáis ayuda me avisáis, bla bla bla…” y a los dos minutos pelea, con la tensión que suponía, ellos disgustados, yo no entendiendo nada… Hasta que buscamos la alternativa juntos: ahora se bañan por turnos, y el otro está acompañando desde fuera llevándole juguetes, mirando, haciendo otras cosas… Estaba ofuscada en que se bañaran juntos y no veía más allá, y el baile era doloroso y había convertido uno de los momentos más chulos del día en algo que temer! Ya ahora, si surge algún conflicto, puedo acompañarlo distinto, desde sentirme más segura y des del acuerdo hecho en familia.

    • #20901
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Elige una de las herramientas, practícala y reflexiona en el foro sobre como te ha ido.
      La herramienta que elegí para empezar a practicar a lo largo de esta semana fue “Presencia, prestar atención consciente”. La elegí muy decidida porque ya llevaba unos días rondándome la idea de que no ESTOY suficiente cuando estoy, creo que me explico.
      Mis grandes enemigos en este confinamiento y contra esta herramiento han sido mis móviles (el personal y el del trabajo) y mi tendencia a pre-ocuparme. Una parte de la atención a los móviles es profesional y por mantenerme conectada con mi entorno, pero hay otra parte de desconexión, de evadirme, de dependencia… que no controlo y de repente me descubro con el móvil en la mano mirando nada importante y no ESTANDO. Por otro lado, mi cháchara mental siempre va mucho al mañana, y con la presión laboral en el confinamiento ha sido una lucha constante.
      Mis mecanismos: móviles físicamente lejos todos los momentos en los que no es imprescindible estar localizable y respiración.
      Estoy satisfecha de cómo ha ido, no por grandes cambios si no por sentirme coherente con lo que quiero y como quiero estar con mis hijos. A su vez, sí que creo que estar presente ha podido evitar conflictos o malestares que hubiesen encontrado brecha en mi falta de atención.

      2/ Cuéntanos tus sensaciones al ver la dinámica que os hemos incluido.
      Ya había vivido esta dinámica en un taller presencial que realicé con Bei, pero que importante recordarla!
      Soy consciente de qué me cuesta cuidarme, anteponerme, forzar momentos para mi… En los primeros años de mi hijo mayor esto me llevó a hacer muchas renuncias por no pedir ayuda y por la culpabilidad de no llegar a todo lo que quería. Un par de años después voy aprendiendo a encontrar esas maneras de cuidarme, también en lo cotidiano, sin que se necesite de gran intendencia. Creo que ahí estaba uno de mis errores, pensaba solo en “grandes planes”: salir a cenar con amigas, ir a entrenar sola al gimnasio, perderme una tarde… y no veía opciones como ver un capitulo, entrenar en casa, unos abrazos reparadores… He ido aprendiendo a combinar las dos opciones, a detectar que necesito cuidarme y ver qué sí puedo activar en el momento o de forma más inmediata, eso sí, aún me acompaña un poco la culpa.
      La dinámica me ha dado en los morros, porqué en este confinamiento he tenido que aprender de nuevo como cuidarme, y en el camino he entrado en erupción algunas veces. Otro recordatorio visual que tendré cerquita en casa!

    • #20900
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Elige una de las herramientas, practícala y reflexiona en el foro sobre como te ha ido.

    • #20714
      eva_mi_ga
      Miembro

      TAREA 12
      1/ Lee las siguientes frases, imagina que eres un niño pequeño y reflexiona sobre que estas sintiendo, pensando o decidiendo sobre los adultos y pensando o decidiendo sobre ti mismo?
      Me he sentido agobiada y considerada poco capaz. Me generan rabia y rebeldía, y pocas ganas de conexión o de cercanía. Siento que no se tiene en cuenta quién soy, si no quién se quiere que sea.

      2/ Haz exactamente lo mismo con las frases siguientes.
      Me he sentido reconocida y participe. Con ganas de aportar y segura de poder responder. Me ha hecho dibujar una sonrisa y activarme físicamente, tener ganas de hacer y de compartir esas acciones.

      3/ Reflexiona en el foro sobre como lo que decimos puede influir en la conducta de los niños
      Creo que lo que les decimos a los niños influye muchísimo en su conducta. Y no solo en la conducta inmediata, si no también en la construcción de su lógica interna, de sus estructuras de funcionamiento.
      Intento estar muy atenta a cómo se relacionan mis hijos entre ellos, porque para mi es un claro espejo de cómo estamos actuando nosotros con ellos. Muchas de las cosas que he descubierto querer cambiar de mi manera de educar y de relacionarme con mis hijos las he descubierto a raíz de observarles, de entender que sus respuestas son muchas veces fruto de mi modelaje.
      También intento estar atenta a qué mis palabras y mis actos (o mi lenguaje corporal) sean coherentes, porque imagino la incertidumbre y sensación de desamparo que debe generar que te digan, por ejemplo: no estoy enfafada, con cara larga y mal tono.
      Otra de las cosas que me han enseñado mis hijos es a mostrarme vulnerable, a creérme que ser buena madre para ellos es que me vean triste, llorar, enfadada, disgustada… y no solo mostrarme a ellos en emociones expansivas. Para mi, decirles “estoy triste” influye también en su conducta, en su gestión emocional y en sus habilidades para la vida.
      Eso es, lo que les decimos a los niños influye en todo eso, en su conducta inmediata y en sus habilidades para la vida. Nuestros mensajes, como sus adultos de referencia, crean su realidad.


      Os quiero agradecer la formación y este tema. El tema ha llegado justo en el momento en que necesitaba oír que esto no es un camino lineal, que voy a equivocarme y que tengo que aceptarlo como es para seguir avanzando hacia donde quiero. Me ha ayudado a respirar, a tratarme con compasión. Muchas gracias, de corazón!

    • #20713
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Reflexiona y comparte en el foro cómo os habéis sentido, habéis actuado y pensado al escuchar los dos tipos de frases.
      Con las frases de Miguel he sentido, sobretodo, mucha rabia. Me sentía menospreciada, con ganas de venganza y de desafiar, poco tenida en cuenta… A su vez, siempre que he oído este tipo de frases, a mí o a alguien del entorno, la gram mayoría de veces he asumido que el adulto que las decía tenía razón. Y totalmente identificada en que son frases que no salen mucho más naturales, cuando “me destapo” me descubro usando este “modo” y me doy rabia a mi misma, intento rectificar pero entiendo que al otro, en este caso a mis hijos, ya les he activado esa parte de rabia y desafío.
      Con las frases de Bei ha sido como “¡wow! ¡me está viendo!” y, a la vez, me he descubierto dubitativa a cómo responder ante tal oportunidad de expresarme y de ejercer mi responsabilidad. Supongo que entra en juego mi bagaje y lo poco frecuente a que ante un error la devolutiva sea el reconocimiento. Sé que me será complejo integrar esta formulación, pero estoy esforzándome en integrar el “aprender del error” como una verdadera oportunidad y no como un consuelo.

    • #20602
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ ¿Os hacen sentir bien? ¿empoderados? ¿amados incondicionalmente? ¿os invita a tomar futuras decisiones? Si lo deseáis, compartidlo con los compañeros en el foro.
      Parece mentira pero nunca había hecho esta reflexión, con la cantidad de alabanzas que se reparten! Y no, no me hacen sentir bien, ni empoderada, ni amada… Me hacen sentir insegura, dependiente, en desigualdad. Me hacen sentir que estoy bajo la aprobación (o no) de otro, quizá por eso últimamente empezaban a chiriárme, especialmente los vinculados a mi cuerpo o los totalmente gratuitos.
      Y para nada es la intención con la que halago a mis hijos, que creo que es con las personas con quien más lo hago. Algunas por automatismo (el “muy bien”) y otras supongo que por falta de recursos para motivarlos de otro modo.

      2/ Imagina que tu hijo saca un diez en un examen y piensa en una frase de alabanza (Ej., “Enhorabuena, estoy orgulloso”) y una de aliento (“Te esforzaste mucho, te lo mereces”). Imagina ahora otra situación: tu hijo, después de estudiar mucho, saca un 4,5 en el examen. Busca una frase de aliento para él, ¿existe su equivalente en alabanza? Si lo deseáis, compartidlo con los compañeros en el foro.
      Ejemplos si saca un 10:
      Alabanza: “Eres el mejor! Lo has hecho genial!”
      Aliento: Debes estar orgulloso.

      Ejemplo si saca un 4,5:
      Alabanza: no se me ocurre nada, entiendo que por el no poder alabar lo que no es lo esperado, lo establecido.
      Aliento: Trabajaste muy duro para este exámen. Hiciste tu mejor esfuerzo, y debes estar orgulloso de ello.

      Es una lástima que pierda la oportunidad de reconocer su valor y de acompañarlos por estar atrapados en el mecanismo de la alabanza. Sobretodo porque lo que define ese valor, en el caso de las alabanzas, son criterios externos al niñx (nota, estètica, buen comportamiento…)

      3/ De cara a la siguiente lección recuerda alguna situación en la que no obraste adecuadamente y si las palabras que te dijeron tus padres o maestros, te llevaron o no a la acción y cómo te sentiste mientras lo hacías. Trataremos esto en el siguiente tema.
      Recuerdo una vez en la que me salté una clase en el instituto. Yo era muy correcta y aplicada, así que no era nada frecuente en mi ni esperable. Del instituto avisaron a mis padres, así que me esperaban enfadados y con predisposición a desconfiar de lo que les dijera. Así que opté por mentir, por explicar una verdad que encajara en sus idea de hija y de realidad, en lugar de explicar que lo hice para encajar, para no ser siempre tan buena estudiante y tan modélica.
      No lo repetí, por que realmente sentí que les había hecho daño, como si les hubiese atacado.
      Quizá, con otro recibimiento, hubiésemos podido hablar de mis problemas para socializar.
      ¡Qué de puertas abre dejar los juicios y prejuicios a un lado!

      ¡Gracias por invitarnos a estas reflexiones!

    • #20349
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Recuerda algunos mensajes, explícitos o tácitos, que hayas recibido al cometer un error. Escribe esos mensajes en tu cuaderno de trabajo y reflexiona qué decidiste hacer y cómo te sentiste al cometer errores.
      ¿Crees que son útiles los mensajes que recibiste? Inútiles no han sido, forman parte de mi y de mi manera de funcionar durante mucho tiempo. Pero creo que me han causado dificultades: coartar mi ambición, miedo a arriesgrarme, sentir que todo lo que no fuera perfecto no era válido… Hubiese preferido unos mensajes naturalizadores del error, dándole valor de aprendizaje y de oportunidad.
      ¿Te empujaron a esconder tus errores o a pensar que no podías aprender de ellos? Totalmente, creí que si me qeuivocaba era por no haberme esforzado suficiente, no ser capaz o “no valer”, lo integré fuerte.
      ¿Qué tipo de conductas realizas para evitar cometer errores o para evitar que otras personas se enteren si los cometes? Para evitar cometer errores lo que hago esforzarme al máximo de mi capacidad (incluso escondiendo parte del esfuerzo que dedico a prepararme, como si prepararme mucho me hiciera menos capaz). Eso sí, he ido incorporando no esconder mis errores y pedir disculpas cuando sucede, me cuesta y lo revisto como de mucha trascendencia (aunque para la otra persona quizá no sea tan significativo). Lo que sí que hago, con cierta frecuencia, es procastinar el momento de la disculpa o de reconocer el error.

      ¿Qué crees que los errores pueden suponer para tus niños? Creo que para ellos es algo natrual, quizá como decís, por su edad (4 y casi 2 años).
      Si bien es cierto que el mayor, que es más tímido, vive pero la posibilidad de error en los entornos o ámbitos en los que no tiene tanta habilidad. Por ejemplo, es muy ágil y no teme tener que intentar más de una vez escalar alguna cosa, probar saltos… pero si va a hacer una manualidad es frecuente que diga, antes de empezar, que no lo va a saber hacer o que no le saldrá bien.
      Ahora me pregunto que parte hemos jugado en su timidez, y voy a estar atenta a mis mensajes cuando va a hacer una nueva tarea o a enfrentar un nuevo reto.

      2/ Recuerda una ocasión en la que tu hijo o un alumno cometió un error y fuiste alentador y empoderador con él o ella.
      ¿Qué hiciste? Actúe tranquila. Me sorprendo orgullosa pensando en que fui firme y amable. No perdí los nervios ni alcé la voz, no le hice sentir mal ni le pedí explicaciones sobre sus actos.
      ¿Cuál fue el resultado de lo que hiciste? Atendió a mis palabras, encontró otra manera de expresar lo que sentía y nos mantuvimos conectados.
      ¿Qué crees que aprendió tu hijo de esa experiencia? Que no lo voy a tratar mal si se equivoca, y que no está bien hacer daño físicamente.
      ¿Qué percepciones? Que aunque él haga daño no va a recibir el mismo trato ni a ser expulsado.
      ¿Qué habilidades? Poder transitar las emociones sin contenerlas.
      ¿Qué aprendiste tú? Ahora mismo diría que no mucho, porque me es difícil reaccionar desde ese lugar, pero quisiera poder decir que: conexión antes que corrección.

      Escribo las respuestas con la sensación de que es exagerado vincular estos aprendizajes a la experiencia. Pero reflexiono sobre ello y entiendo que aprender de una experiencia no significa que puedas trasladar ese aprendizaje a todas las situaciones. Ni él, ni yo; debe seguir practicando para que ese tipo de aprendizaje sean los más frecuentes.

      3/ Recuerda otra ocasión en la que no tuviste una actitud de apoyo y aliento y responde las mismas preguntas.

      ¿Qué hiciste? Girté. Me deje llevar por mis nervios. Sólo pensé en mi.
      ¿Cuál fue el resultado de lo que hiciste? Escalada en la discusión. Desconexión. Malestar.
      ¿Qué crees que aprendió tu hijo de esa experiencia? Que se “paga con la misma moneda”.
      ¿Qué percepciones? Que no le estaba viendo ni validando. Que no me importaba su sentir, que lo importante era como me sentía yo.
      ¿Qué habilidades? La venganza.
      ¿Qué aprendiste tú? Que cuando me dejo secuestrar por mi cerebro destapado no soy la madre ni la persona que quiero ser, y que hago sentir mal a mi hijo. Dudo que le llegue mi amor.

      Voy a reflexionar sobre ello.
      ¡Gracias por estas tareas! me remueven y me asustan, me generan mil dudas, miedos y motivaciones, pero me ayudan a comprometerme más con el camino de la DP.

    • #20320
      eva_mi_ga
      Miembro

      Gracias compañeras por vuestros abrazos! Os lo devuelvo bien fuerte!
      Como dices, Paloma, también creo que cuando sentimos que nos quedamos sin recursos es cuando sales estas conductas aprendidas, que son las que queremos evitar pero las que tenemos interiorizadas. Pienso también en lo necesario de trabjarse y de, como repite Bei, mirarse y mirar con compasión. Pensar que nuestros padres o profesores lo hicieron lo mejor que sabían y, en general, con la mejor de las intenciones.
      mmvivas, creo que eso es lo que pasa, repetimos porque, por ahora, no sabemos hacerlo mejor. Pero estamos en camino, un camino sin final pero con un fin claro.
      También pienso que es importante que busquemos nuestra manera de contectar y sanar nuestra niña interior, a nuestro ritmo y según necesitemos, pero ella tiene mucha información y mucho poder.

      Gracias por vuestra honestidad y por compartir!

    • #20319
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Leyendo la tabla, ¿En cuál de las dos columnas los padres evitan enfrentarse a los problemas y en cuáles se implican activamente en la búsqueda de soluciones?
      Tanto la columna “…demanisado controlador” como la columna “… demasiado permisivo” son conductas de evitación del conflicto, las dos caras de una misma moneda. Ambas conductas tienen consecuencias distintas, pero coinciden en buscar soluciones cortoplacistas, y en situarte en un plano de superioridad al niño, no acompañan, resuelven.
      Me doy cuenta de que hago un híbrido de las conductas, intento estar en la última columna, y en cuanto a la acción es sí creo que lo consigo, pero con tintes de alguna de las otras columnas (un juicio, una queja,…) que me trasladan immediatamente a las otras columnas. Otro foco de atención al que estar atenta, tratándome bonito y con compasión, que también se me olvida frecuente.

      2/ Con los tres castigos que te pedimos que recordarás de tu infancia vamos a rellenar el siguiente cuadro (Sentimiento – Pensamiento – Decisión). Reflexiona sobre ello y compártelo en el foro si así lo deseas:
      ¿Qué has notado? He notado que no había conectado tan directamente con las emociones que los castigos causaron en mi (culpa, vergüenza, inferioridad, ràbia, sed de venganza, mala autoimagen…), y, a la vez, me ha hecho reflexionar sobre cómo estas emociones han marcado mi manera de actuar ante mis errores.
      ¿Crees que la persona que te castigó tenía la intención de obtener esos resultados? Estoy prácticamente segura que las personas que me castigaron, en especial cuando fueron mis padres, lo hacían con la intención de protegerme, de cuidarme o de enseñarme algo que ellos entendían valioso.
      ¿Es esto lo que quieres para que tus hijos o alumnos aprendan? No quiero que aprendan que esa es la manera de reaccionar o de tratar a los demás ante , no quiero generarles esas emociones, que entiendan como sana o válida ese tipo de autoridad, ni que ante la posibilidad de cometer un error o de actuar según su criterio (si no es compartido o válidado) instauren alguna de las cuatro R como manera de funcionar.
      ¿Qué relación tienen con las cuatro «r» del castigo: Resentimiento, Revancha, Rebelión y Retraimiento? Trasladarme a esas situaciones de castigo me ha hecho vivenciar las R. Sobretodo la de Retraimiento, que creo que es, en sus dos versiones según el contexto, por la conducto que obté para enfrentar las situaciones en las que creía pudieran generar un castigo.

      3 / Con las tres recompensas que te pedimos que recordarás de tu infancia vamos a rellenar el siguiente cuadro (Sentimiento – Pensamiento – Decisión).
      ¿Aprendiste a realizar la tarea que se te pidió? Sí, pero sin disfrutar del proceso, más bien acompañado de malestar por la posibilidad de no conseguir realizar con éxito la tarea.
      ¿Aprendiste a ser responsable? ¿Por qué o por qué no? Aprendí a ser extremádamente responsable, porque era algo que se me celebraba. Creo que también en busca de más recompensas asumí la responsabilidad como mecanismo de conseguir afecto y de sentirme valorada.
      ¿Te sentiste respetado? Viéndolo en perspectiva lo siento como una falta de respeto, pero si me sitúo en ese momento, me sentía respetada, como puesta en valor. Ahora me produce compasión por esa niña que fuí.
      ¿Decidiste cooperar o no? ¿Por qué? Sí, en las tres situaciones decidí coperar porque me hacía sentir vista.
      4/ De cara a las siguientes lecciones, recuerda qué te enseñaron tus padres o maestros acerca de los errores en tu infancia.
      Que hay que evitarlos y, si no es posible, solucionarlos lo más rápido posible.
      Es algo que hasta hace poco ha marcado mucho mis decisiones. Por ejemplo, el no hacer nada nuevo por si me salía mal, el no compartir novedades (trabajo, proyectos, planes de vida…) hasta que fueran estables o seguros por si salían mal…
      He conseguido flexibilizar mucho está convicción mediante trabajo terapéutico y mediante el deporte (ver como voy consiguiendo marcas, movimientos, habilidades… con entrenamiento y equivocándome).

    • #20231
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Rellena la ficha sobre cómo nos sentimos y cómo actuamos.
      La primera reflexión que me surge de rellenar la ficha es que paso mucha parte del día desconectada de mis emociones. Mientras rellenaba la ficha pensaba, que hasta ese momento no había sido consciente de cómo me he sentido.
      Y esto me lleva a la segunda reflexión, y es que actúo de forma automática bajo emociones que me constriñen (angustia, enfado, decepción…). Me muevo con el cerebro destapado y no me doy cuenta de ello. Soy poco consciente de la fisiología de mis emociones, soy capaz de recuperar el sentir en el cuerpo cuando reflexiono sobre ellas, pero muy capaz de ignorar la señales cuando estoy secuestrada por la emoción.
      Lo que hago dista mucho de lo que querría hacer. Me puede la urgencia, el querer solventar, y las prisas son malas compañeras de la conexión, conmigo misma y con mis hijos.
      He decidido recuperar un ejercicio que hice en una formación programándome una alarma aleatoria durante el día que me recuerde para y conectar con cómo me siento, dónde y por qué.

      2/ Realizad vuestra propia rueda de opciones para la ira, materiales para reconocimiento de emociones con caritas de vuestros niños o una rueda de los sentimientos (info aquí).
      Hemos hecho con mi hijo mayor una rueda de la ira. Es una emoción que a mi me cuesta sostener y permitirle, así que he pensado que era una buena propuesta para empezar.
      La opciones que ha sugerido han sido: correr, mover bruscamente cojines, ir a la cueva de la calma (lo está integrando de una manera maravillosa), hacer “la tortuga” (encogerse y esconder la cabeza), respirar, y hacer el perro (gruñe como un perro enfadado).
      Ha sido divertido y muy interesante ver desde su perspectiva que cosas que me ponen nerviosa o tomo como un desafío, son sus mecanismos para gestionar la ira. Suposo que cuando elige acciones que “me sacan de quicio” me tocará trabajármelo, porque el problema lo tengo yo.
      Por otra parte, como en la escuela trabajan con el monstruo de colores hemos creado algunos que a él le parecían necesarios, como el del aburrimiento. Suelen ser una emoción de motiva gritos, lanzar cosas, enojar a su hermano… Si la puede detectar, podrá buscar alternativas.

      3/ Piensa en tres veces que te castigaron en la infancia. Lo mismo con tres recompensas (que te ofrecieran algo a cambio de una determinada tarea). Trabajaremos sobre ello en la próxima lección.
      Castigos: por romper un recuerdo de mi abuelo a mi padre; por pegarme con mi hermano; por no recoger mi habitación.
      Recompensas: por sacar buenas notas… Ahora mismo no conecto con situaciones concretas, si con halagos por ser responsable, por esforzarme. Estaré atenta a vuestras respuestas por si me resuenan y puedo concretar más.

    • #20176
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Rellena la ficha sobre tu carta alta y comparte tu visión en el foro si así lo deseas.
      Mi carta alta es León. Lo tenía claro des del taller de Bei en el que participé en enero, pero hacer esta lección y profundizar en mi carta secundaria me ha dado mucha información en la que quiero profundizar e ir ordenando.

      Respeto a la ficha sobre la carta alta:
      Mi carta alta es Superiodad y el animal es León
      Mi estilo es Comodidad y el animal es Tortuga
      Un slogan, lema o frase divertida para tu carta alta: “¡Así mejor! Pero como quieras.” (recupero el eslógan que decidimos en el taller porque me permite ponerle humor a mi rigidez).
      Enumera las ventajas: iniciativa, esfuerzo, compromiso, perseverancia, buen trabajo, observadora.
      Enumera las desventajas: infelxible, autoexigente, perfeccionista, controladora, con tendencia a dirigir.
      Mi carta alta puede invitar a otros a: competir, sentirse juzagados, no participar – mantenerse al margen.
      Es posible que necesites mejorar en: sentido del humor, flexibilidad, delegar, ampliar perspectiva, bajar la exigencia.

      En un principio me ha chocado que las dos cartas fueran, a mis ojos, tan contradictorias. Pero me he visto completamente reflejada en ellas, y he entendido la comodidad como respuesta a la necesidad de compensar la superioridad que tanto me agota en los momentos de estrés intenso.

      2/ Trabaja esta dinámica con tu pareja.
      La carta alta que juega mi marido es Camaleon (complacer) y la mía León (Superioridad).
      En situación normal, estamos él en Águila (control) y yo en Tortuga (comodidad).
      Si los dos estamos en estrés: pienso que funcionamos bien, yo soy comprometida con lo previsto o acordado a hacer y él es flexible y empático, se adapta a mi ritmo y a la vez entiende mi necesidad de no parar hasta conseguir el fin.
      Si los dos estamos en situación normal: en general también funcionamos bien, excepto cuando mi comodidad está centrada en no hacer nada, entonces sus planes de control y mejora de todo me abruman.
      Si él está en estrés y yo no: es una combinación que hace la convivencia y la relación fácil, él en complacer y yo en comodidad, no hay grandes conflictos, posiblemente debido a que los evito.
      Si yo estoy en estrés y yo no: él en control y yo en superioridad chocamos de forma directa, él está en modo mandón y yo convencida de que las cosas saldrán mejor si las hacemos a mi manera (que es la buena :P)

      Nos ha parecido enganchado mucho esta tarea, y convencidos de que seguiremos debatiendo y aprendiendo de nuestras cartas altas y estilos. Hemos contextualizado muchos de nuestros conflictos.

      3/ Reflexiona sobre los materiales con los que trabajas la educación emocional con tus hijos o alumnos de cara a la próxima lección.
      Principalmente hablando de cómo me siento, interesándome sobre cómo se sienten o poniendo palabras a lo que sienten. También reflexionando sobre lo que vemos (películas, cuentos, situaciones en la calle o con otras personas). Vamos practicando yoga y mindfulness en pequeñas dosis y cuando muestran interés, acompañando la práctica de pequeñas explicaciones de en qué nos puede ayudar practicar.
      También mediante cuentos, algunos específicos sobre la gestión de emociones, o hablando sobre lo que sucede en las historias, porque siempre hay emoción.
      El material más difícil es ser modelo de esa gestión emocional que quiero que ellos desarrollen; y escribiendo esta tarea me doy cuenta de que reflexiono mucho sobre como soy como modelo, pero lo mantengo poco consciente.

      En otro orden de cosas. No sé si os sucede igual, el último enlace en la relación de tareas no me funciona. ¿Os pasa?

      Gracias, leeros me está ayudando mucho en mi proceso y en mis reflexiones.

    • #20148
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Ver este vídeo (está partido en dos) y reflexionar sobre los sentimientos que os despierta:
      En general el vídeo, sin ir al ejemplo concreto, me ha generado tristeza y compasión. Tristeza pensando en el sentimiento de las “niñas” que no econtrában como hacerse entender con sus adultas, y compasión pensando en esas adultas que lo estaban haciendo lo mejor posible.
      Ahora, o hoy, porque este camino es muy fluctuante. Siento que puedo trasladar estos sentimientos a mi día a día, ser más empática con mis niños y sentir compasión hacía mi, pasar de decirme “lo has hecho mal” a decirme “qué podrías haber hecho mejor”, tomar esas oportunidades.
      La tristeza también la traslado a como el funcionamiento automática del día a día (sobretodo en las étapas de más estrés) o las consignas más “tradicionales” hacen invisible (te está tomando el pelo, se va a acostumbrar…) lo que no se ve del iceberg. A su vez, me he sentido esperanzada de ver la cantidad de oportunidades que nos ofrece el día a día, de que me resuene que hay que atender a lo que no se ve del iceberg y de ver como la mirada a lo que hay detrás de la conducta crea conexión.
      Me siento retada en el buen sentido, en el sentido motivador, a no tener miedo a mirar lo que tapa la conducta.

      2/ Pensar en un conflicto reciente y analizar la situación utilizando la tabla de las metas inadecuados.
      Me ha costado hacer esta tarea, creo que porque me ha resultado difícil mirar de frente como me siento en los momentos de conflicto.
      Haciendo revisión de cómo me siento y de las actitudes que últimamente está teniendo mi hijo mayor en los conflictos creo que está en una meta equivocada de venganza.
      Siento que necesito darle alguna vuelta más, enfocar los nuevos conflictos que surjan desde esta perspectiva y atender a cómo lo gestiono en relación a su hermano pequeño, porque leyendo la tabla creo que está muy relacionado.
      Siento no compartir el detalle de los conflictos, pero necesito digerirlo antes.

      3/ Leer la dinámica adjunta y elegir los dos regalos y anotarlos (ver dinámica adjunta). Es de vital importancia y no os llevará mucho tiempo.
      ¡Qué complicado!
      Finalmente, y después de varias vueltas, los que no quiero bajo ningún concepto son:
      Rechazo y dificultades
      Crítica y humillación

    • #20117
      eva_mi_ga
      Miembro

      Hola a todxs!

      Me lanzo a contestar con ciertas resistencias, porque son tareas que requieren de tiempo y de continuidad; pero rompo con mi exigencia de qué esté perfecto porque me doy cuenta de que no me va a permitir avanzar, no en esto.

      1/ Explícale a tus hijos o alumnos cómo funciona el cerebro con la analogía de Daniel Siegel
      Ayer, en el desayuno, le he explicado la analogía a mis hijos de 4 y casi 2 años. Estoy muy satisfecha de haber encontrado un momento en el que estábamos conectados (el confinamiento nos está regalando desayunos tranquilos de a 3) y haber explicado la analogía sin muchas pretensiones: compartir y que nos sea útil, pero sin buscar que lo comprendieran perfectamente, que estuviesen absortos en mi explicación… He entendido que es algo que tendremos que ir interiorizando todos, ir repitiendo aprovechando las oportunidades.
      Y mi hijo mayor, al terminar la explicación, se levantó y me dijo: vale, y si un día lloras yo te daré un abrazo. Que no es que me reproduzca la analogía, pero mi sensación es que ha entendido de qué hablábamos, que vale que le explique como funciona pero que no nos olvidemos de los mimos, de lo que lo son palabras.

      2/ Crea un espacio de tiempo fuera positivo: ¿cómo se va a llamar? ¿dónde va a situarse? ¿cuántos objetos tiene? ¿qué normas tiene?
      Aprovechando la explicación de la analogía del cerebro también les propuse a mis hijos que crearamos en casa un espacio de tiempo fuera positivo. Por ahora tenemos el lugar y que será una cueva: la cueva positiva.
      Acordamos que hoy la prepararemos y colocaremos una tortuga que proyecta luces y sonidos del mar, y un cojín. Y mi hijo se está pensando si algun dibujo o algún material para dibujar; quizá el pequeño se anima con algo cuando viva el momento.
      No hemos hablado de las normas aún, tenía la sensación de que era mucha información para un mismo momento. Y me gustaría decidir las normas juntos, aunque luego tenga que recordarlas; entiendo que esto va a ser algo a largo plazo y no quiero tener prisa porque quiero que lo sientan suyo. Quizá será un buen momento de hablar de las normas cuanto estemos creando «la cueva».
      Pero hay algo que me preocupa, que es manipular el tiempo fuera y que deje de ser positivo: como cuando con el enfado digo que necesito espacio, y suena a un castigo; o que se convierta en ofrecerles que se vayan. Estaré atenta a qué no suceda, pero es una preocupación que me ronda.

      3/ Crea de una lista de opciones para ti y para tu pareja o compañeros de tiempo fuera positivo.
      Creo que mi opción más recurrente ahora mismo es el baño: una ducha sola, o un rato de lavarme la cara y ponerme cremas. Luz, música i calma. Es el más fácil i más accesible. Y, con la ayuda de mi pareja, un rato de entrenamiento en casa también es un buen tiempo fuera positivo porque me conecta con el cuerpo, y me aleja de la cháchara mental.
      En pareja, pedirnos soporte el uno al otro es algo a lo que solemos recurrir, para el que necesita salir pueda hacerlo acompañado, sin sentir que abandona la situación y con la seguridad de saber que el otro atiende. Aquí me surge la duda de cuando creo que mi marido necesita tomarse un tiempo fuera positivo pero él está tan atrapado en la situación que no lo ve, y si intervengo se siente herido. No encontramos la manera de gestionarlo en el momento.

    • #20047
      eva_mi_ga
      Miembro

      Hola compañeras,

      gracias por compartir vuestro sentir, me resuenan mucho vuestras palabras. Estoy completamente de acuerdo en la necesidad de revisarnos, de trabajarnos, de querernos y cuidarnos para ser el modelo de lo que queremos generar; como comentas Núria.
      Me sucede a mi que la culpabilidad me golpea fuerte. Una combinación entre la tristeza de pensar en hacerles mal a mis hijos, y la rábia de no hacerlo perfecto. Como tu, María, también soy muy exigente conmigo misma, aunque es algo que voy intentando flexibilizar («No dejes que lo perfecto sea enemigo de lo bueno», intento aprender a gozar de las cosas como son, buenas, bien, no hace falta que perfectas en un estándar que no llega nunca).
      El confinamiento me ha dado el valor de hacer este curso, porque de tiempo voy justa con ese teletrabajo-conciliando; pero creo que todas estás oportunidades cotidianas de poner en práctica la DP de las que nos habla Bei han augmentado exponencialmente por el tiempo que pasamos juntos, y no quería dejar pasar la oportunidad de que este confinamiento sea significativo como familia.
      Me gusta xildarita tu idea de paseo, me transmite atención y calma para el proceso. Gracias!

      Nos vamos viendo por aquí! Un abrazo!

    • #20045
      eva_mi_ga
      Miembro

      Elabora tu mapa educativo con la información que has recopilado en las listas anteriores (retos a los que nos enfrentamos y habilidades deseadas para nuestros niños). Reflexiona sobre ello. Como a mmvivas, el concepto de mapa educativo también me genera algunas dudas. Pero si reflexiono sobre como vincular el listado de retos a las habilidades deseadas veo que necesito en primer lugar, resignificar los retos, quiero decir leerlos desde qué sentido tiene este comportamiento, desde entender la etapa de desarrollo, cuál es la lógica que lleva a ese comportamiento… en definitiva, conectar y empatizar. Y, en segundo lugar, ir interiorizando los 10 lemas de la DP (ya me los he traducido a mi lengua materna para que me lleguen más directos al corazón) para que modelar mis respuestas y que sean un modelo.
      En definitiva, creo que necesito rehacer el mapa que conecta el listado de retos con las habilidades deseadas.

      2/ Elaborar una lista de las cosas que nos provocan estrés (de niños u otros adultos). Ejemplo: peleas por lavarse los dientes.
      Me provocan estrés los gritos, los lloriqueos, los golpes, las agresiones, el no escuchar, lanzar objetos… Me provocan estrés hasta tal punto que me está estresando escribir el listado.

      3/ Elaborar una lista de cosas que nos hacen «recargar baterías». Ejemplo: baño de espuma relajante. Hacer cosas con música de fondo o acompañando; unos minutos al sol; jugar con los niños como una niña; este curso; observar a los niños jugar; mi rutina facial sola y sin prisa; una llamada o conversación de whatsapp con alguien importante para mi; el sexo; el deporte.

      4/ Reflexiona sobre cómo funciona el cerebro de cara a la próxima lección. Tengo muchísimas curiosidad por ir adentrando acompañada por todxs en este tema, me avisó una conocida del inicio del curso y me ha pillado justo leyendo El Cerebro del Niño. Me he tomado esta Tarea 4 como una orientación de cara a la próxima lección, una preparación para lo que viene, sin necesidad de desarrollar ahora la reflexión.

      5/ ¿Sabes lo que es el tiempo fuera? ¿Qué te parece? Por tiempo fuera entiendo el apartar al niñx a su habitación, a la silla de pensar… alejarlo físicament (y emocionalmente). Creo que es una práctica que hace que el niñx se sienta rechazado e incomprendido, incluso más enfadado; posiblemente pida perdón por querer volver a ser incluído o por miedo a no pertenecer. ¿Es ese tipo de tiempo fuera?

    • #20027
      eva_mi_ga
      Miembro

      1/ Elabora la lista de habilidades deseadas para tus hijos o tus alumnos en el futuro.
      He empezado a elaborar la lista y me ha abrumado, se me ocurren mil cosas que quiero para mis hijos. Por un momento he pensado «!qué carga para ellos!»
      Así que en afán por aligerar esa carga y también enfocarme, reduzco mi lista a: que estén connectados con ellos mismos y que se quieran, si lo pueden hacer con ellos será como se relacionen con el mundo. (como si estás dos fueran poca cosa…)

      ¿Cuáles crees que son las formas convencionales para hacer que los niños se sientan mejor? Las alabanzas, los premios, …. Le doy vueltas y son mecanismos que nos sitúan, a los adultos, en la superioridad moral y de poder: te permito, te aplaudo, te apruebo; y si lo observo des de la distancia me parece hasta cruel.

      ¿Cuáles crees que son resultados a largo plazo de este tipo de métodos? Añado a lo que habéis comentado los demás la dificultad para ser fiel a uno mismo, e incluso para poder definir un criterio propio.

      ¿Cuáles crees que son las formas que usa la Disciplina Positiva para hacer que los niños se sientan mejor? Para mí un gran descubrimiento de la DP ha sido reconocer y validar. Abrir el «sentirse bien» también a las emociones menos expansivas: «estoy triste pero mi madre/padre no me está diciendo «no pasa nada»», y eso para mi es también hacer que se sientan bien. Y me supone un gran reto, pero me maravilla.

      ¿Cuáles crees que son resultados a largo plazo de este tipo de métodos? A largo plazo les dota de habilidades para ser el adulto que quieran ser; empezando por tener una relación sana con ellos mismos y relacionándose/actuándo des del respeto y los propios valores, no des del cumplimiento de expectativas familiares/sociales.

    • #19445
      eva_mi_ga
      Miembro

      Hola, buenas tardes!

      Soy Eva, mamá de dos niños de 4 y 1 año, y educadora social en unos servicios sociales.
      En enero mi marido y yo asistimos a un taller que Bei facilitó en la guardería de nuestro hijo pequeño. Supuso para nosotros fue abrir los ojos, ver la brecha entre como queremos educar a nuestros hijos y como lo estábamos/estamos haciendo,y encontrar herramientas para ir reduciendo esa distancia.
      Nos aportó el saber, y experimentar, como queremos educar a nuestros hijos, hacía donde orientarnos. Hemos estado poniendo en práctica muchas cosas, y hemos integrado cambios de los que estamos muy satisfechos, pero quiero profundizar, hacerlo mejor. Y, aprovechar para impregrar de DP también mi trabajo con familias.

      De la propuesta de presentación os diré que:
      Escribe una palabra que te describa como persona: observadora.
      Escribe tres palabras que describan alguna de tus características e intereses personales: paciencia, exigencia, deporte.
      Escribe algo sobre ti mismo que la mayoría de la gente no sabe: como chocolate casi todos los días.
      Escribe que esperas aprender de este curso: profundizar en la DP e integrarla mejor para trasladarla al día a día de nuestra família.

      Encantada de formar parte del grupo, y con muchísimas ganas de aprender!
      Gracias! Y gracias Bei por el primer contacto con la DP en el taller!

Mostrando 19 respuestas a los debates