Respuesta a: 1. La mente razonadora de los 6 a los 12 años

Inicio Foros Montessori: De seis a doce años 1. La mente razonadora de los 6 a los 12 años Respuesta a: 1. La mente razonadora de los 6 a los 12 años

#47034
lauritxu
Participante

Hola compis!

Pues después de unos días, por fin saco un rato para contestar a este tema tan interesante.

1/ GRÁFICO DE DESARROLLO INFANTIL SEGÚN MONTESSORI Y EL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL.
Lo primero que me gustaría compartir es que yo soy docente, con lo que tengo un conocimiento bastante profundo del sistema educativo. Y un aspecto que veo es que, quizá la normativa y las instrucciones generales sí que tienen en cuenta estas características del desarrollo infantil, pero que luego, tanto la historia que tenemos en educación, que nos corre por las venas a los docentes (al igual que lo hace con los padres y madres), como las estructuras existentes y el miedo a lo «novedoso», hacen que esas iniciativas de respetar el ritmo infantil, acaben en agua de borrajas.

Dicho esto, me centro en algunas cosas que me llaman la atención.
– Con respecto a «ayúdame a hacerlo solo» y «ayúdame a pensar solo», creo que se hace poco hincapié en el «entrenamiento» de estas facetas a lo largo de la etapa, pero que se exige su realización correcta al final de ella. Como si tuviera que llegar por sí sola. Son aprendizajes tan complejos que, por automatizados o por no permitidos, somos poco conscientes de su realización y mucho menos de lo necesario para su aprendizaje. Por ello, tenemos que hacer un gran esfuerzo en su enseñanza, desgranando pasos, pensando necesidades, viendo cómos, etc.

– En concreto, en la etapa 6-11, se enseña poco a pensar por ellos mismos. Hay mucho trabajo repetitivo, con una especie de obsesión de que tienen que «automatizar» procesos porque si no luego es más difícil cambiarlos. No digo que ésta sea una afirmación totalmente falsa, porque no cuento con los suficientes estudios científicos, pero sí creo que no se puede hacer esto a costa de todo lo demás. De no dejarles pensar, de no darles espacio para probar, para investigar, para comprobar sus propias hipótesis sobre el mundo que les rodea (que son muchas), etc. En general pienso que las propuestas que se hacen en esta etapa cuentan con poco espacio para pensar por ti mismo. Y menos, como he dicho anteriormente, cuentan con entrenamiento específico para ello. Con todo esto se ve que la independencia intelectual no está del todo presente. Hay bastante represión intelectual.

– En la misma línea, pienso que hay un déficit de momentos para entrenar y expresar esa mente razonadora. Hay veces que, incluso en casa, yo me veo que no tengo tiempo o paciencia o cuerpo para escuchar las reflexiones de mi hija mayor. La veo tan grande que, inconscientemente me parece que se puede arreglar sola y que lo que me cuenta no es tan crucial, sobre todo porque tengo dos por detrás que aún son más dependientes en cosas más «visibles». Así que nota mental sobre este tema. Y en los coles veo poco espacio de asambleas, de compartir reflexiones en gran y pequeño grupo, en plantearles actividades abiertas o motivadoras para reflexionar, comprobar, investigar…

2. CARACTERÍSTICAS DE LA ETAPA 6-12:
* Necesidad de socialización secundaria: Hablo desde mi vivencia. Mi hija mayor, cuando era pequeña, no expresaba especial interés por las relaciones con los iguales. Estaba cómoda con ellos, pero tenía un juego más autorregulado e independiente. En los dos últimos años (tiene 8 ahora), esto ha cambiado radicalmente. Y cada vez va a más. Empezó con gran interés por hacer planes con amigas y ahora casi es una necesidad (que lo es). Para nosotros no es una situación a veces fácil de gestionar, pues tenemos otras dos hijas y a veces la logística se complica. La solución a la que he llegado (no hablo por mi marido, que él tendrá su propia gestión del asunto) es soltar y confiar. Tanto cuando vienen amigas a casa como cuando se van mis hijas a otras casas:
Confiar en las familias de las amigas de mis hijas (sabiendo que tenemos una gran comunidad y que muchos son grandes amigos, con lo que es fácil).
Soltar la responsabilidad de criar yo sola a mis hijas, sin cargar a nadie más y con mi única influencia (lo sé, un pelín controladora), pensando en que antropológicamente nos hemos criado en tribu, que eso está bien y que, si yo me quedo encantada con otras niñas, por qué no puede pasar a la inversa.
No tener que ofrecer grandes experiencias a las amigas que se quedan en casa ni una gran presencia, pues esto se lo dan sus iguales. Lo único que tengo que ofrecer es un espacio de seguridad y confianza, que desde el amor a estas peques no cuesta.

* La adquisición de la cultura: Aquí reconozco que voy un poco floja en lo específico de su etapa. En casa, desde siempre, hemos ido a teatros (tenemos un Centro de Humanidades de la Comunidad de Madrid al lado), museos, exposiciones y, sobre todo, mucho a la naturaleza, pues es nuestro gran centro de ocio y nuestra cotidianeidad por donde vivimos. Pero es lo mismo para las pequeñas que para la mayor. Se que ella podría avanzar mucho más, pero no encuentro la tranquilidad para sentarnos, ni por su parte ni por la mía. Así que confío en lo que hacemos en familia, en las reflexiones que esto le produce y en lo que hace en el cole.
Otro aspecto que hemos cuidado en casa es tener un «ambiente cultural preparado», para que puedan acceder a ello cuando quieran. Pero tenemos pocos tiempos para acceder a ello.

* El paso a la abstracción: Sobre esto me gustaría reflexionar, no sólo en el plano más «académico», sino en la vida cotidiana. El ser capaces de planificar a más largo tiempo, de ser conscientes de planes y prepararlos, de ahorrar con su paga para un objeto deseado… Aquí veo grandes cambios y es importante adaptarse a ellos, incluyéndolos en las decisiones y las planificaciones.

* El nacimiento del sentido moral: Ay… Éste es el gran temazo últimamente en casa. Es lo que nos provoca grandes conflictos y en el que estamos haciendo cambios para ver si mejora nuestra convivencia. Mi hija mayor tiene un gran sentido de la moral y de la justicia. No soporta, a un nivel visceral, que haya algún tipo de desigualdad. Y si se da con sus hermanas o con su madre, pues mucho peor. El caso es que las realidades son diferentes y hay situaciones en las que «sales ganando» y otras en las que no. Ella verbaliza su sentimiento de envidia, pero le genera mucha frustración y enfado. Ante ello, hemos quitado algunas cosas que le estaban haciendo enfadar mucho como el control que percibía (y que hacíamos, claro), por cosas que ella considera que puede gestionar sola. Así que le hemos dado el control de muchas cosas que afectan a su persona: ropa, aseo, comida, horarios… Recordamos de forma general cosas, pero no obligamos ni establecemos tiempos. A mí me cuesta un montón soltar el control, y me tengo que morder la lengua muchas veces, pero es que sentía que las peleas constantes nos estaban haciendo perder mucha conexión, con lo que está costando mucho menos de lo que pensaba. Y el resultado es que, en las tres semanas que llevamos, han disminuido mucho los conflictos y sigue manteniendo, más o menos, los acuerdos que teníamos anteriormente (menos los que llevaba peor). Seguiremos viendo.

Buen día a todas