OBSERVACIÓN DE UN NIÑO
Es por la mañana y la temperatura es templada; estoy en una habitación con una niña. A unos cincuenta centímetros de mí veo su perfil; está sentada delante de una mesa. Tiene el pelo rubio, que le llega a los hombros. Viste camiseta rosa sin mangas y pantalones cortos rosa anaranjado. Está sentada de rodillas en una silla y pinta en una papel apoyado en una mesa. Con el brazo izquierdo sujeta el papel sobre la mesa y con la mano derecha sujeta un lápiz. Inclina el tronco y la cabeza sobre la mesa mientras traza varios dibujos sobre el papel: primero un rectángulo y, dentro del mismo, una figura humana, una casa y un sol. Aprieta los labios y fija la mirada en el papel mientras realiza los trazos de cada dibujo. Cuando termina cada uno, me explica lo que acaba de dibujar. Va sacando varios lápices de colores de una caja redonda metálica y, después de usar cada uno, los deja sobre la mesa. Cuando termina el dibujo me dice para quién lo ha hecho y expresa su satisfacción porque ha escrito sola su nombre en el borde inferior del dibujo.