1. Si algunos de mis hijos se frustra cuando no le sale algo les digo «te estás esforzando mucho» para valorar el trabajo en sí. O para celebrar algún logro, en lugar de centrarme en el resultado, les digo «te has esforzado hasta conseguirlo».
2. Yo tiendo mucho al perfeccionismo y soy muy exigente conmigo misma, algo que lamentablemente me pasa a veces con mis hijos. Cuando mi hijo mayor era pequeño y quería ayudar en la cocina, por ejemplo, me ponía muy nerviosa que se le derramaran cosas y a veces prefería que se fuera para poder terminar tranquila de cocinar. Me estoy trabajando esa exigencia (hacia mí misma y los demás), ese perfeccionismo y baja tolerancia al error.
3. He empezado a verlo, ¡qué buena pinta!