1. Para mí la palabra obediencia tiene una connotación negativa, similar a la sumisión. Tanto en mi familia de origen como en la de mi marido, que creció en Polonia, se utilizaba como argumento para imponer la voluntad (o capricho) del adulto sobre la del niño.
2. No grites = habla en un tono más bajo
No os peleéis = Explicad cada uno qué queréis e intentad llegar a un acuerdo juntos
No me llames a gritos desde otra habitación = Cuando necesites algo de mí, ven a donde yo esté
No chinches a tu hermana pequeña = déjala tranquila
Seguro que digo muchos más «noes» a lo largo del día pero creo que esos son los que más repito 🙂