En 1909 María Montessori escribió «EL MÉTODO DE LA PEDAGOGÍA CIENTÍFICA: APLICADA A LA EDUCACIÓN DE LA INFANCIA», y ya en esa publicación ella misma afirmaba que su método no debía considerarse un método, sino más bien una filosofía de vida, una nueva forma de entender la infancia.
María Montessori no entendía, pues, la educación como algo que necesitaba de un método para progresar, sino más bien el resultado de un desarrollo natural y espontáneo de todos los seres humanos.
De esta forma, el planteamiento Montessori no es ni un método a aplicar ni puede ejercerse desde una posición de fuerza o poder sobre el niño. El niño es un igual, nuestro deber no es «domarlo», sino no perjudicar su desarrollo como embrión espiritual. Nuestro deber no es transformarlo en el niño que queremos que sea, sino permitirle que se moldee a sí mismo como realmente es.
Montessori tiene más que ver con sostener, comprender, acompañar, ayudar y proteger que con «enseñar» a usar la torre rosa o cualquier otro material de forma directiva. Tiene más que ver con que el niño cultive la seguridad en sí mismos, la autoestima y la confianza interna que con colocar correctamente los cilindros en los bloques.
Por todo ello, no hay ninguna necesidad de tener en nuestro hogar material «Montessori», puesto que para tratar a nuestros hijos con respeto y permitir que desarrollen su potencial no es necesario tener muchos bienes materiales, tan solo nuestra voluntad.
Asimismo, el ambiente preparado en una escuela y en una casa es totalmente distinto e intentaré transmitiros toda su importancia, pero primero me gustaría que quedara clara una idea: un ambiente preparado es un 80% de filosofía y un 20% de materiales. NO ES NECESARIO tener muchos materiales para que el niño se desarrolle, recordad a nuestro pequeño homo sapiens si en algún momento os sentís agobiados o frustrados por no poder ofrecerles un ambiente preparado como os gustaría.
No obstante, en una casa el ambiente preparado carece de algo de esencial importancia: niños de distintas edades (en un rango de tres años) con los que interactuar. En casa no hay niños con los que cooperar ni imitar, a no ser que haya hermanos de edades similares cuyos periodos sensibles o intereses puedan llegar a coincidir. Y, por otro lado, los niños, especialmente si hemos estado separados largas horas, quieren estar con nosotros el máximo tiempo posible.
En un aula Montessori, las guías (o guía + asistente) tienen que ser compartida/s por treinta niños o más, lo que evita que puedan dedicarle mucho tiempo en exclusiva a cada niño. El aula Montessori es un entorno de aprendizaje centrado en los niños (al contrario que una clase tradicional o magistral, centrado en el adulto), que no puede reproducirse al 100% en casa, donde será un entorno de aprendizaje basado en la familia. A veces querrán trabajar solos y a veces, especialmente los más pequeños, junto con nosotros, aunque no sea la forma de trabajar tradicional de un aula Montessori no debemos inquietarnos, ya que hay muchas oportunidades a lo largo del día y de la infancia para fomentar su autonomía.
POSIBILIDADES
Me gustaría distinguir aquí varios escenarios y la necesidad o no de tener material Montessori. En este sentido me refiero especialmente al material sensorial, el que les permite refinar los sentidos, que es el más caro y el que suele motivar que el Método Montessori se considere algo elitista. Son cinco los escenarios que he planteado, me encantaría leer si se os ocurre alguno más:
1/ El niño hasta los 3 años:
Los niños pequeños tan solo necesitan un hogar amoroso en el que crecer para desarrollar todo su potencial. Debemos tener especial cuidado en permitir su autonomía, por lo que no necesita grandes inversiones económicas en materiales (quizás una bola Pikler, una caja de permanencia o un espejo de seguridad), pero sí grandes dosis de empatía y comprensión para que pueda desarrollar actividades de vida práctica, a ser posible con nosotros. A esto me refería con el adulto conectado de la lección anterior.
2/ El niño que va a una escuela Montessori:
No es necesario tener material porque ya va a poder disfrutarlo en la escuela, en un ambiente preparado perfecto y con guías muy formadas. Sin embargo, podemos promover juegos sensoriales o fabricar juntos algunos materiales DIY siguiendo los gustos del niño y, por supuesto, continuar el trabajo del colegio en casa ofreciendo libertad y autonomía, especialmente a la hora de realizar actividades de vida práctica. Si pertenecéis a este caso, probablemente no estaríais siguiendo este curso : )
3/ El niño que no va a ser escolarizado hasta los 6 años o más:
Si nos planteamos retrasar la escolarización, sí puede ser una buena idea la compra de materiales, siempre dentro de nuestras posibilidades -pues no escolarizar a un niño suele representar un coste importante (normalmente de oportunidad, al reducir los ingresos para poder cuidarlo).
Fabricar juntos los que sean susceptibles de ser fácilmente realizados es una idea estupenda para avanzar en la recopilación de materiales sin desatender a nuestros niños. No está de más recordar que los materiales Montessori no son un fin, son solo un medio, un instrumento que permite al niño llegar al conocimiento y que en un hogar, al contrario que una escuela Montessori, pueden ser perfectamente sustituido por otros similares (hablaremos de materiales en el Curso Nivel Dos)
4/ El niño que va a una escuela libre (con algunos o varios materiales Montessori) y/o que fue a una escuela Montessori un tiempo:
Si este es vuestro caso, el niño ya conoce los materiales, sabe como usarlos, sabe cuales son sus características y funciones. Podemos adquirirlos si quieren usarlos también en casa, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades económicas y de espacio de la familia. Al igual que en los dos casos anteriores, la opción DIY y los juegos que refinen sus sentidos son una alternativa estupenda.
5/ El niño que va a una escuela «tradicional» y nos gustaría ofrecerle materiales Montessori en casa: Probablemente, el caso mayoritario.
Podemos ofrecerle materiales Montessori, pero no debemos imponerlos en el tiempo de juego del niño con normas muy estrictas. Un niño que va a la escuela debe jugar libremente todo el tiempo que esté en casa, normalmente acompañado de sus padres y especialmente en edades tempranas. Por ello, quizás sea más adecuado invertir en materiales como juegos de construcción o juegos de mesa que le permitan desarrollar sus sentidos.
Por otro lado, según los niños van creciendo y empiezan la primaria, tener material Montessori en casa puede ser muy útil para reforzar los conceptos que no acaban de fijarse bien en la escuela. Por desgracia, el uso de materiales manipulativos es aún poco frecuente, y las últimas investigaciones en neurociencia infantil nos dicen que es lo más conveniente. Así las cosas, tener en casa materiales manipulativos con los que jugar (nunca usarlos como deberes extra) puede ayudarles a entender conceptos de forma sencilla.
Por ejemplo, si tu hijo se ha «atascado» con una operación matemática (como las restas con llevadas), puedes ofrecerle material manipulativo para que interiorice el proceso de la resta y no solo lo memorice. Creo firmemente que el colegio debería suplir estas carencias y nosotros, simplemente, disfrutar de nuestros hijos lo máximo posible cuando están en casa, pero puede ser una forma de ayudarnos tal y como está el sistema educativo. No es necesario que sea el material de perlas Montessori, las regletas Cuissinaire, por ejemplo, son más económicas y fáciles de conseguir y puede que además las tengan en el colegio. Lo más importante es que el material sea manipulativo. Malena, de Aprendiendo Matemáticas, tanto en su blog como en sus cursos, aporta muchas ideas para realizar material manipulativo DIY.
Independientemente del caso en el que nos encontremos, hay algo que no varía: Debemos ofrecerles nuestro ejemplo y nuestros valores para que su mente absorbente los asimile como suyos propios. Los niños aprenden la cultura social de nuestra mano y a través de la vida cotidiana, es el momento de aprovechar para transmitirles los valores sociales que deseemos inculcarles como positivos, que variarán de una familia a otra.
TAREAS
1/ Reflexionad sobre cuál es vuestro escenario de los cinco propuestos y cómo creéis o estáis implantando la filosofía Montessori teniéndolo en cuenta.
2/ Exponed cual es vuestra posición respecto del uso de materiales Montessori fuera del aula.
3/ ¿Cuál creéis que es el reto más importante al que debemos enfrentarnos a la hora de trasladar Montessori a nuestra casa? Me encantaría que hiciéramos una lista 🙂
- Hay tantos casos para aplicar Montessori en casa como tipos de familias.
- Las familias con niños menores de 3 años no tienen necesidad de comprar materiales, tan solo facilitarles el desarrollo de la autonomía lo máximo posible con actividades de vida práctica.
- Las familias con niños mayores podrán necesitarlos si no están escolarizados o si perciben algún interés o dificultad.
- Montessori no son solo materiales, estos son un accesorio para llevar a cabo la pedagogía.